viernes, 25 de julio de 2008

LA ENTREVISTA: Mono Burgos: “Cuando me dijo el doctor que tenía cáncer le dije: me opero el lunes, que este domingo tengo partido”

Liado en la “construcción de su quinto disco” es mala época para entablar conversación con Germán Adrián Ramón Burgos (16-04-1969, Mar del Plata, Argentina), más conocido como el Mono. El nombre de su grupo de rock, The GARB, responde a las iniciales de su interminable nombre, lo del apodo del Mono es cosa de un entrenador, Carlos Griguol: “Al verme un tipo de metro noventa, en vez de decirme gorila me llamó mono”. “Pero esta cara acepta todo tipo de motes”, asegura entre risas.

Así es el Mono, un hombre radiante donde los haya, con la carcajada por compañera en todo momento, aunque te hable del cáncer de riñón que le apartó del fútbol durante un tiempo en el año 2003: “Fue algo inesperado. Vienen un día y te dicen, te tienes que operar que es cáncer. Yo tenía que jugar ese fin de semana contra el Mallorca y le dije al doctor: me opero el lunes. Pero los médicos y Luis me dijeron que me tenía que operar ya y decidimos hacerlo lo más rápido posible y fue acertado”.
Entonces, Burgos señaló al tabaco como el traidor que le llevó al quirófano, sin embargo, “como buen adicto”, no lo ha abandonado: “He vuelto al cigarro y es algo que tengo que superar. Si es tan difícil la adicción a un cigarro, yo me pregunto por toda esa gente que está con drogas duras, que los pobres se tienen que internar. Uno no ve el cigarro como una adicción, pero es terrible”.
UNA CICATRIZ DE 35 PUNTOS
Una cicatriz de 35 puntos le recuerda el fantasma del cáncer, pero no es suficiente para dejar el vicio: “Yo me la veo todos los días y nada, estoy ahí ‘turoneando’”.
Su otro gran vicio es el fútbol, deporte que convirtió en filosofía de vida: “Siempre llegaba dos horas antes al entrenamiento. Ahí me veían los utilleros y me preguntaban si es que me echaban de mi casa. Yo les decía que no me echaban, que me adelantaba a que me echara mi señora. Pero eso es lo lindo del fútbol. Uno tiene que vivir para el deporte, uno tiene que estar permanentemente a disposición de la gente y entregarlo todo. He jugado, me he divertido, he salido campeón. Y decirte claramente que esas dos horas que yo pasaba en el entrenamiento, mira que hago un montón de cosas, pero no las he podido equiparar. Mira que tengo una banda de música, me han recibido de entrenador, salgo en la radio, en la televisión, escribo para el periódico Marca. Y todo eso que hago fuera no equipara el sentimiento de haber estado dentro de una cancha e ir a entrenar”.

SUS ÍDOLOS, HUGO GATTI E HIGUITA
Y es que Burgos siempre vio el fútbol como una forma de “divertirse”, de “ser feliz dentro de la portería”. Y esto lo aprendió de dos grandes porteros: “Mi ídolo siempre fue Hugo Gatti y tengo una amistad con Higuita. Siempre me han gustado los porteros que ven la portería como un lugar donde divertirse. Y yo consideré ésta como la mejor manera de jugar”.

LA EXPERIENCIA DE SEGUNDA CON EL ATLÉTICO
Y durante tres años se divirtió y nos divirtió bajo la portería del Vicente Calderón, aún a costa de hacerlo en Segunda División: “Era terrible, hermoso. Me acuerdo de un partido con el Leganés, en Butarque, y ver cómo iba llegando la gente al estadio, era todo rojiblanco, creo que hasta los propios de Leganés ese día se vistieron de rojiblanco. El tema de Segunda, ver cómo llenaban todos los estadios, era maravilloso.
El ascenso fue una gesta que hicimos con Luis, con el profe Paredes, fue impresionante, no me arrepiento para nada porque fuimos campeones”.

LA SALIDA DE LAS ALCANTARILLAS
Y el Mono se convierte en icono publicitario rojiblanco y sale de las alcantarillas de Segunda con el Atleti “porque nadie quería salir de la alcantarilla, era mi papel”. ¿Otra razón habría? “Me eligieron a mí, porque ya sabes cómo son las agencias publicitarias, necesitaban a uno feo”. Siempre de risas.
Y recuerda “los clásicos contra el Madrid, contra el Barça, eso es imborrable” y el Manzanares: “Pisar el Calderón, con toda esa furia que tiene la gente, eso es maravilloso”. Y aquel penalti que le paró a Luis Figo en un Madrid-Atleti en el Bernabéu (2-2): “Por supuesto, es uno de los balonazos que menos me han dolido. Eso es un recuerdo de por vida. Tuve la suerte de pararla con la nariz y eso es otra anécdota que se queda y que es maravillosa”.

TORRES, "EL MOTOR DE LA FERRARI"
Y en esos años en el Calderón, daba sus primeros pasos un Niño de 17 años llamado Fernando Torres: “Tenía el motor de la Ferrari y sólo faltaba ponerle las calcomanías”. Y ya en esa época se podía intuir el final del romance Torres-Atleti: “El club descargó en él esa presión que necesita todo jugador, pero todo jugador veterano. Él lo sintió. El segundo año en Primera fue cuando yo lo noté, no porque se le notara a él ¿eh? Sino porque yo, siendo veterano, sabía lo que iba a ocurrir. Salir en todos los lados, en la prensa, en un montón de entrevistas, eso pesa”.
Y de un niño, a otro niño, compatriota de Burgos, el Kun Agüero: “Jugó mucho antes en Primera. Él ya tiene una experiencia, debuta muy pronto en Argentina, como Messi, y ha quemado ciertas etapas. Quizá Fernando si hubiese jugado con más corta edad hubiera podido soportar lo de después”.

AGÜERO SEGUIRÁ EL MISMO CAMINO
Pero el Mono tiene muy claro que Agüero seguirá el mismo camino que Torres: “Agüero tiene muchísimas cosas por demostrar todavía, pero va a ocurrir lo mismo que con Fernando, que la gente del Atlético se vaya preparando porque en cualquier momento viene alguien que saca la billetera”.
Y piensa que su salida será inevitable, aunque el Atleti gane algún título y se afiance en la Champions: “Ojalá el Atleti gane, pero viste cómo es esto. Un caso más grande, como es el de Cristiano Ronaldo, que está en otro equipo importante y se pelean por él. Hay gente que está dispuesta a pagar lo que sea y esto mismo va a pasar con Agüero”.

DE LEO FRANCO, A DE GEA
Qué mejor que un ex portero rojiblanco para hablar de los últimos cancerberos del Atlético. En el pasado debate entre Abbiati y Leo Franco, para Burgos no hay duda: “Claramente Leo. De condiciones siempre le vi mejor. Y no me tira el patriotismo para nada”.
Como tampoco las hay en el presente con la llegada del francés Gregory Coupet: “Es un portero de garantías, pero más que nada le han traído para lo mismo que Abbiati, para cubrir el banco”.
Y en el futuro, Burgos cree en De Gea: “Es muy buen portero, he estado trabajando con el Tercera y veía a De Gea a menudo en la categoría inferior. Creo que puede ser el portero del primer equipo, tiene muchas garantías y muchas condiciones para hacerlo”.

JUGÓ LESIONADO PARA QUE NO JUGARA PICHU CUELLAR
Pero Burgos salió del Atlético precisamente por no precipitar el debut de otro canterano. Un fatídico partido de Copa en el Sánchez Pizjuan, 4-0 para el Sevilla, fue el último para el Mono, que jugó lesionado: “No jugué al 100%. Mira cómo son las cosas. ¿Sabés quién tenía que jugar si no jugaba yo? Jugaba Cuellar. Con tres años menos de lo que le pasó después contra el Barça, que le metieron seis. Yo sabía que no podía dejarlo jugar porque no estaba preparado este chico para jugar todavía”.
Pero esa decisión fue la que puso fin a su carrera. El Atlético no vuelve a confiar en él y a final de temporada no renueva su contrato. Sin embargo, “lo volvería a hacer sin ninguna duda”.
“El tema es estar y jugártela por el equipo. Ése es el verdadero sentimiento del futbolista, el que lo da todo. Yo no creo en las medias cosas. Es de esa manera y nada más. A mí se me podrán achacar un montón de cosas en los goles, pero arrugarme y meterme debajo de la cama, jamás”, sentencia.

ADIÓS AL ESPÍRITU DEL GUERRERO
Y tras el Atlético, la retirada. Burgos no volvió a jugar al fútbol profesionalmente: “Ya no iba dos horas antes. Y si iba dos horas antes del entrenamiento me preguntaba ¿qué hago acá tan temprano? Te abandona el espíritu del fútbol, del guerrero y es mejor retirarse y quedarse tranquilo”.
“Muerto el futbolista, lo que queda es el músico”. Pero entre los polifacéticos desempeños de Burgos, el argentino tiene claro cuál es su reto para el futuro: “Siempre tengo la esperanza y la ilusión de ser feliz y uno tiene que apostar por eso. Haciendo las cosas medianamente bien la felicidad llega y ésa es mi apuesta”. Apostamos por ello.

• Escucha la entrevista íntegra con Germán el ‘Mono’ Burgos

viernes, 18 de julio de 2008

Agüero y la teoría de la conspiración

Hay un dicho periodístico que reza: “No dejes que la realidad te estropee una buena noticia”. Como principio no es muy ético, pero es innegable que la prensa lo utiliza (lo utilizamos) como mentiras ‘piadosas’ para atraer la atención del lector cuando creemos tener una buena noticia.
Y
una buena noticia para la prensa madrileña es dar pábulo a la posible salida de Sergio Agüero.
Donde dije Torres, digo Agüero
, y ‘colocado’ el ‘Niño’ el pasado verano en el Liverpool, toca vender humo con la marcha de Agüero hasta que ésta se consume y todos los medios al unísono se feliciten diciendo “Ya lo adelantó tal…el año pasado…y el anterior…y el otro”.
Viene todo esto al titular con el que nos desayunábamos los atléticos ayer en el diario AS. Agüero: “Quiero quedarme en el Atlético un año o dos”.
A la llegada a la redacción algún compañero ya se mofa: “Si yo fuera atlético estaría preocupado”. Y uno, lógicamente, se preocupa. Pero como ya no nos chupamos el dedo, y después de ver que el Marca no hablaba de “uno o dos años”, sino de “muchos años”, intenta buscar la fuente original, Radio La Red de Argentina, y, vaya por donde, encuentra el audio de la entrevista.
Y resulta que es cierto que Agüero habla de “uno” o “dos” años, pero sin el ‘o’ y continuado de un “los que sean”, que, lógicamente, el periodista de turno omite porque queda menos gracioso.
Aquí os adjunto el audio
, porque yo no soy tonto y ya me intuía yo que Agüero tampoco. Si se tiene que ir, se irá, pero déjennos un poco tranquilos y háblennos del mediapunta que tiene que llegar, en vista de que Van der Vaart ya es portada, porque va a venir al Madrid, cuando antes era pie de página.
Al menos, que los atléticos sepamos la verdad.

AUDIO: “Hable con mi representante sobre los rumores, pero le dije que mi intención es que, terminé la temporada y quiero seguir un año más en el Atlético. Uno, dos, los que sean. Pero yo quiero seguir en el Atlético. Me siento muy bien, estoy muy cómodo y la verdad es que estoy contento y no tengo pensado irme a ningún lado, aunque vengan Chelsea o Manchester”.


viernes, 4 de julio de 2008

¿Y por qué no la bandera del Liverpool?

Hoy, 4 de julio, se cumple justo un año desde que Fernando Torres se despidiera de nosotros. Convocó a la prensa a las diez de la mañana para decir que se marchaba, “que la oferta del Liverpool era difícil de rechazar”, “que nunca había mentido”, “que siempre había dicho que su idea era seguir aquí y que cuando tomara la decisión de marcharse lo diría y aquí estaba”.
Enrique Cerezo
se apresuró a aclarar en la introducción que la decisión de salir había sido única y exclusivamente de Fernando Torres:
“Ahora que quieres dar un paso en busca de nuevos retos…el Atlético te comprende y te deja partir con la esperanza de que vuelvas… Él quiere cumplir sus objetivosRespetamos su nuevo deseo y le deseamos un futuro lleno de éxitos…”.
Ha pasado un largo año y la mayoría de aficionados atléticos no le hemos olvidado. Torres ha logrado lo que buscaba (mayor reconocimiento, competir hasta el final en las máximas competiciones continentales, figurar en la lista de los grandes galardones) y el Atleti también ha crecido, alcanzando tras once años la clasificación para la Champions.
Agüero
ha ocupado el hueco del Niño
en nuestros corazones, y el camino al campo no se hacía tan duro sabiendo que no estaría Fernando, ya que nos esperaba el Kun.


IMPOSIBLE OLVIDARLE
Sin embargo, este mes de junio se ha hecho imposible olvidar a Fernando. Ya reconocido por todos como una de las máximas figuras de la selección española, el ‘Niño’ se encumbró en la final (como en la Sub 16 o la Sub 19) con el gol que dio a España su primera Eurocopa tras 44 años.Muchos atléticos sabíamos que marcaría. Y nos alegramos, ya que mucho madridista había salido de sus madrigueras con el diente afilado de nuevo hacia Torres, que estaba completando un campeonato discreto. Al menos, no a la altura de sus números en el Liverpool.


EL ESCUDO DEL ATLETI
España se coronó, e Iker Casillas y Fernando Torres (como ya vaticinó Cuatro) se erigieron como héroes. La selección vino a Madrid, en el típico autobús descapotable de estas grandes citas (en nuestra época se hacía en carrozas…), y escuché que Fernando lo hacía luciendo una bandera de España con un gran escudo del Atlético de Madrid. De su Atleti. De nuestro Atleti.Al escucharlo mostré cierta incredulidad. Una nueva sensación agridulce (como vengo experimentando con Torres estos últimos 365 días). Y cuando lo comprobé con mis propios ojos, sentimientos encontrados. Por una parte, la satisfacción de ver que Fernando reivindicaba ante España sus verdaderos colores. Pero, por otro, desengaño: ¿por qué no el escudo del Liverpool? ¿Por qué lucir el del equipo que decidiste abandonar? ¿Y por qué ahora? ¿Por qué no hace un año?

LA CAMISETA QUE QUEMABA
Justo hace 365 días, Enrique Cerezo regaló a Torres la camiseta del Atleti de la temporada que venía “como prueba de que siempre estarás con nosotros” (o algo parecido). Fue un gesto de cara a la galería, pero resultó patético. Mientras Cerezo la agarraba de un lado para exhibirla ante los fotógrafos, Torres tiraba del suyo, la arrugaba y la escondía con premura.

¿FALTA DE RESPETO?
Hay quien apuntó que podía tratarse de un intento de no faltar al respeto al nuevo club con el que iba a presentarse apenas horas después. ¿Pero por qué ahora así? ¿Ahora no es una falta de respeto? ¿Y realmente iba a faltar al Liverpool luciendo la camiseta del equipo que había sido su casa durante doce años?
Sólo puedo explicarme el gesto de Torres aquel día con la idea de que no quiso seguir el juego de Cerezo. No quiso formar parte de su farsa, aunque sí lo hizo con su discurso, en el que no dejó atisbo alguno a que se fuera obligado (como apuntan muchos) y puso el peso de la decisión sólo sobre sus espaldas.
Ha pasado un año y yo no he olvidado a Torres, como los novios resentidos cuando les han dejado, perdono, pero no olvido. Me gustaría poder cantar los goles de Torres a pulmón abierto, como antes, porque los marque con el escudo del Atleti en el pecho. No en un autobús.