lunes, 30 de noviembre de 2009

Y nos lo quieren vender...

Al menos durante la última década, los atléticos no podemos disfrutar plenamente de nuestras estrellas, ya que al día siguiente de una exhibición, se hablará de los múltiples destinos donde sin duda estarán mejor que de rojiblanco.
Con Fernando Torres lo vivimos cada verano. Ahora con el Kun Agüero, la moda se extiende también a la Navidad. Tras su partidazo ante el Chelsea, uno tuvo que atragantarse con titulares como “El Chelsea dejaría cedido al Kun hasta verano”, como si el argentino perteneciera ya a la entidad londinense y encima debiéramos dar las gracias porque nos lo “dejaran” seis mesecitos más.
Anoche, el Kun Agüero dio un recital. Marcó dos goles y regaló otros dos tras grandes jugadas. Y las preguntas en la zona mixta no fueron sobre si comienza la remontada, sino por si se marchará en diciembre.

AL CALDERÓN A LAS SIETE DE LA TARDE
El partido para muchos de los atléticos comenzó a las siete de la tarde. Abarrotando los bares de los alrededores del Calderón, miles de rojiblancos animábamos al Barça en el clásico contra el Madrid, con la esperanza de poder entrar al estadio con una alegría que completara nuestro Atleti.
Ese era mi plan y, al parecer, el de medio estadio. La caravana para entrar al túnel del Puente del Manzanares duraba cuarto de hora. Rebasado el túnel, las vueltas para conseguir un aparcamiento “legal” eran de al menos otros 15 minutos.
Así las cosas la primera parte sólo la escuché por la radio, y para entrar a algún bar había que pedir la vez. Conseguí entrar al “Barecito”, el bar de en medio de los tres que hay en la Glorieta de Pirámides, y allí pude ver la victoria del Barça.

EL BARÇA, SEGUNDO EQUIPO "POR OBLIGACIÓN"
Viendo las caras de felicidad de los asistentes, para los que el Barça se ha convertido en nuestro “segundo” equipo como el único capaz de arrebatar los triunfos al Real Madrid y ganar títulos ante la incapacidad rojiblanca, sentía envidia y lástima. Envidia, por ver el oficio de futbolistas como Alves y Puyol, la calidad de Iniesta y Xavi, o la clase de Messi e Ibrahimovic. Y lástima por ver cómo tenemos que agarrarnos a este equipo para evitar las alegrías de nuestro acérrimo enemigo y por ver como un Barça con diez es capaz de aguantar a un Madrid, de quitarle la pelota y generar ocasiones, cuando nuestro Atleti en inferioridad es como si el partido hubiera acabado para nosotros.
La victoria de los blaugrana nos hizo entrar a todos con la hora pegada, pero con una sonrisa.
Allí el ambiente era otro.
Al frío meteorológico se le unía lo gélido del ambiente. Un Calderón con menos de media entrada es siempre un tanto deprimente.

ALINEACIÓN PERFECTA
La alineación era para mi gusto inmejorable de medio campo para adelante. Con Agüero y Forlán, intocables, secundados por Jurado como mediapunta en un valiente rombo, por delante de Assunçao, y con Simao y Reyes, por fin Reyes, en las bandas.
La movilidad y el desborde del utrerano, que lo mismo aparecía por derecha que por izquierda, dieron fruto a las mejores ocasiones. Especialmente un doble remate que salvó por dos veces Kameni y con la ayuda del poste.
De una perfecta pared entre Reyes y Agüero nació el 1-0, después de que el argentino fuera frenado estrepitosamente por Moisés, cayendo la pelota para Forlán, que remachaba. Enfadado, triste, abúlico y fallando penaltis, el uruguayo lleva ya cinco goles y ya está entre los diez máximos goleadores de nuestra Liga. No es ni la sombra del año pasado, pero me rió de los que hablaban de banquillo.
Con el 1-0 el Atleti dejó el balón al Espanyol, que hasta entonces había hecho poco más que mirar, hasta el punto de que era difícil creer que realmente Tamudo estaba nuevamente como titular.
El descanso llegó sin sobresaltos y lo recomendable era que el Atleti saliera a sentenciar desde el comienzo del segundo acto. Y así fue.
Los rojiblancos dominaron con facilidad a un Espanyol muy displicente y un par de internadas se aproximaron al gol, aunque sin que llegaran remates peligrosos.

AL LANZAMIENTO, EL YERNO DE DIOS
Y al minuto 60, de nuevo fue Agüero.
Una falta escorada en la derecha, buena para un zurdo, fatal para un diestro. Perfecta para el Kun.
Mientras comentaba con mi padre la complejidad de hacer ese tanto para un derecho, el argentino superó la barrera con facilidad y la puso junto al palo largo de Kameni. Dos de dos. Golazo como contra el Chelsea. Y el chico ha estado tres años y pico sin que le dejaran ni acercarse al balón en los golpes francos. En su maestría lanzando las faltas comienza a recordarme a su yerno.
Con el 2-0 el Atleti hizo igual que tras el primero, echarse para atrás.
Y sin otro remedio, el Espanyol empezó a llegar. Con unos cuántos corners y un par de disparos que salvó Asenjo sin muchos problemas.
Pero el partido fue muriendo de forma natural y en las gradas nos resignamos con pensar que, visto el estado del enfermo, mucho son ya los tres puntos.
Sin embargo, Rocanglia, que llevaba ganándose la expulsión desde el minuto diez cuando dejó un bonito recado a Agüero por el que no vio ni amarilla, consiguió su premio en el 85.
La falta acabó con tanto del argentino, tras rematar su propio rechace a un tiro al poste.
Aún le quedaba más. En el minuto 89, sí, 89, el chico aún tuvo la fuerza de marcharse de tres, salvar sus tarascadas, y cederle en bandeja el cuarto a su amigo Maxi.
Lo mejor del chico es que, tras cada tanto, agradece con palmas los cánticos de la afición. Otros sólo se acuerdan de sus amigos.
Finalizada la gesta, la prensa sólo se preocupa por donde colocar al genio para no seguir aguantando la amargura que para todo jugador grande es el Manzanares. Pero ojo, a la hora de decidir, que tengan en cuenta que este equipo, sin el Kun, a día de hoy, es de Segunda.

jueves, 26 de noviembre de 2009

Peor que la T.I.A.

Como aficionado que durante muchos años he sido a los cómics de Mortadelo y Filemón del gran Francisco Ibáñez, no puedo por menos que dedicar esta crónica a estos extraordinarios antihéroes que durante mi infancia me despertaron tantas sonrisas.

Y más aún cuando anoche, después de poner una excusa en mi Master para salir antes, apenas estoy aparcando el coche, la radio me cuenta que Mortadelo, el ex del Cádiz Mirosavljevic, marcaba el 1-0 que a punto estuvo de hacer que el ridículo rojiblanco fuera de los que hacen época.

UN ESCENARIO IDÓNEO PARA LOS AGENTES DE LA T.I.A.
El escenario, la apartada isla de Chipre, hubiera encajado a la perfección como destino para los intrépidos Mortadelo y Filemón, a donde les habría mandado el Súper a intentar combatir a algún malvado haciendo uso del último invento del profesor Bacterio.
Para llegar hasta allí, hubieran dispuesto de la última tecnología en medios de transporte, algún burro con alerones o una cigüeña con airbag, y para dar jaque al enemigo algún armamento de nueva generación, como pudiera ser un tirachinas de madera de alcornoque.
Más o menos esas fueron las armas con las que el Atleti se plantó en Nicosia.
A los cinco minutos llegó el mencionado tanto después de que un tal Alexandrou mareara a Ujfalusi recortándole primero hacia un lado y después hacia el otro. El checo ha demostrado llegada jugando de lateral, pero la facilidad con la que le rompen (vease Camuñas en Pamplona o anoche) es terrorífica.
Casi tanto como que Perea y Juanito dejaran colarse entre ambos con total impunidad al insigne Mortadelo, que marcó a placer.
Los chipriotas habían marcado un solo gol en esta liguilla de Champions (en Oporto), pero si por algo se han caracterizado es por ser un equipo rocoso al que es difícil marcar (sólo ha encajado cinco goles en cinco partidos contando con el de ayer). Con dichos antecedentes, unidos a la febrilidad atlética, que convierte una mota de polvo en gripe A, hacían presagiar lo peor.

LA LUZ SE APAGABA EN LÍNEA DE TRES CUARTOS
A partir de entonces el Atlético tuvo la pelota ante un APOEL feliz, pero las luces se le apagaban en línea de tres cuartos. Cleber vale para el fútbol playa, pero juega como si estuviera recién levantado de la siesta. Jurado se pierde en bicicletas estériles y no conecta con los puntas. Simao estuvo más participativo que últimamente, pero no acaba de desbordar. Forlán simplemente no está, fallando constantemente pases a priori sencillos, y con una dejadez desconocida hasta esta temporada en el uruguayo. Y el Kun. El Kun es el único.

FORLÁN ES UN DESCONOCIDO
En el 17 de la segunda, el argentino desbordó a su par como extremo derecha (miren dónde tiene que ir a recibir) y puso un pase fuerte y abajo, mortal para el portero Chiotis, que salvó la llegada de Forlán, pero la dejó franca para que Simao pusiera el empate. Primer gol oficial del portugués tras tres meses de competición. Con el Atleti, claro. Con Portugal, se hincha.
Forlán estuvo ahí para haber marcado, cosa que no se pudo decir en el 86. Era un tres para tres. Agüero con la bola, Maxi, izquierda, Forlán, derecha. El Kun se decide por su compatriota y el uruguayo decide que para él la jugada ha acabado. Se frena, y se queda pensando, quizá en si aún ha firmado o no la renovación. La jugada acaba con un disparo de Maxi rechazado por Chiotis... al flanco derecho. ¿Quién había ahí para empujarla? Nadie.
Mientras el año pasado al Bota de Oro (parece que hace años luz), se le veía darse carreras de una a otra área en pos de recuperar un balón, este año, ni aún perdiéndola él y teniendo el esférico a dos metros le verás moverse. Simplemente pone gesto circunspecto y se coloca la cinta del cabello...
Antes del gol, todas las ocasiones fueron disparos lejanos de Cleber, Camacho o Jurado que en la mayoría de los casos ni despeinaron la tupida melena de Chiotis. Después del gol, nada. El Atlético decidió que el empate era suficiente para entrar por la ratonera a la UEFA y con ello se conformó.
Del resto de la defensa, mejor ni hablar. Ver a Juanito, Perea y Domínguez (que pierde mucho de lateral) con auténticos problemas para sacar el balón ante la simple presión de Mortadelo, era digno de los más cómicos agentes de la T.I.A.

MEJOR LEER UN LIBRO
Habrá que tomarlo con humor. Aunque si no se gana el domingo al Espanyol, muchos deberían esconderse como les ocurría a Mortadelo y Filemón al final de muchos de sus capítulos.
De niño, sus historias me transportaban a mundos de aventuras que me iniciaron en mi amor a la lectura. En el Atleti, Futre, Manolo, Schuster, Abel o López, me hicieron de ese equipo de rojo y blanco que levantaba Copas.
Si el de hoy hubiera sido el Atleti de mi niñez, probablemente, anoche, me hubiera quedado leyendo algún buen libro.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Esto ya huele

Titulaba hace tres semanas mi crónica tras la derrota en San Mamés “El infortunio del perdedor”. En ella, me hacía eco de que a las ya de por sí alarmantes carencias del equipo, se les unía la antítesis de “la suerte del campeón”, es decir, esa mala fortuna que acompaña a los equipos débiles y termina por hundirles.
Anoche, el Atleti hizo un partido discreto en Riazor, igualado diría yo, en el que lo más justo hubiera sido un empate. Pero en el 93, último minuto del descuento, Pablo hizo un penalti al peligrosísimo en el área Lopo, y nos costó la derrota. Seguimos en descenso y las hojas del calendario que ya están en la basura tachadas en rojo comienzan a hacer rebosar la papelera...

Llegaba con el tiempo justo al bar de turno a ver a mi Atleti tras dos semanas de asueto. Venía directo de ganar 4-3 con mi equipo de fútbol sala, colaborando de manera decisiva a la victoria con un gol, pero como me diría mi padre después “no puedes tener un fin de semana completo...”. Es difícil, teniendo en cuenta que, si del Atleti depende, sólo podría haber tenido UN FIN DE SEMANA FELIZ en lo que va de campeonato. Y comenzó hace tres meses... que no fue ayer.

ME PERDÍ EL GOL DEL KUN, PERO ME ALEGRÉ
En el coche, entrando en el centro comercial en el que vería el partido, la radio canta “¡Gooool del Atlético de Madrid... Goooool de Agüerooooo!”. Por lo general, cuando llego tarde a un partido y el Atleti marca, suele incluso molestarme por habérmelo perdido. Tal y como está la situación, no pude por menos que alegrarme. Cada gol cuenta, aunque a mí me pille en la Conchinchina...
En la repetición vería como el “peligrosísimo Lopo” perdía la pelota en su frontal y el Kun se metía hasta la cocina cruzándola fuera del alcance de Aranzubía (0-1).
El Depor, local y por debajo, se hizo con el cuero. Mientras pasaban los minutos, fui dándome cuenta de que jugaba Jurado por Simao, Assunçao y Raúl García en el medio, y Domínguez de titular en la zaga, lo que reafirma lo acertado e imprescindible del fichaje de Juanito.
De que jugaba Sinama me di cuenta en seguida, porque es negro y se le ve bien y porque implica la ausencia de Forlán, no porque tocara el balón. Desgraciadamente, jugar con Sinama es jugar con diez. Totalmente confirmado. Que suban a Borja Bastón a ver qué hace el chaval.

NI DEFENDIENDO A MANIQUÍS...
Y bueno, el Depor empató. El narrador recordaba en cada falta que los gallegos eran el mejor equipo a balón parado con ocho goles. Si a eso le añades que la defensa del Atleti tiene problemas incluso para cubrir maniquís en un escaparate, pues échate a temblar.
Y claro, Colotto empató a la salida de un corner (1-1).
Tras la igualada, Colotto tuvo otro gol, y Asenjo salvó un disparo de Lassad tras una clamorosa “dejada” de Perea. Pero el partido entró en una fase de sopor a la que nos tiene acostumbrados este Atleti, que hace incluso que ver por la ventana a un perrillo persiguiendo a una mariposa te saque del partido.
Sólo alguna internada de Agüero a la espera de que inventase algo hacía centrarse en el televisor.

TRILOGÍA DE UN PENALTI CANTADO...
A esto hay que añadirle el primero de los tres penaltis que no fue, pero que al final sería. Riki dribló a Asenjo y éste le toca ligeramente en su salida con el brazo izquierdo. Si lo pita no pasa nada, pero Paradas Romero amonestó al madrileño, que exageró su caída.
En la segunda parte llegó el segundo de esos penaltis. Mista, al que se vio activo contra sus ex, fue derribado en el área por Pablo. Penalti, tarjeta para el manchego... y faltó tirarlo. Porque a los diez minutos se dieron cuenta de que el linier tenía el banderín levantado. Segundo aviso.
A partir de entonces el Atleti dominó más el juego, con Cleber mandando en la parcela ancha, aunque ralentiza demasiado el juego y en ocasiones pierde balones incomprensibles.
De ese dominio llegaron dos ocasiones de Jurado y otras tantas del Kun, que en sendos disparos fuera del área puso en apuros a Aranzubia, especialmente en el último de ellos.
Mientras, el Depor llegaba a la contra con mayor peligro, sobre todo en dos balones a bocajarro que Asenjo sacó de nuevo a Juan Rodríguez y Lassad.
El portero palentino estuvo a punto de regalar el 2-1 en un tiro lejano de Guardado
que no fue capaz de blocar y dejó franco el tanto para Pablo Álvarez, que incompresiblemente la mandó alta.
Y cuando uno comenzaba a conformarse con el punto, a pensar que el Depor está bien, que así al menos saldríamos del descenso... llegó el penalti.
A la tercera fue la vencida, y Paradas Romero esta vez lo pitó de verdad. Durante casi tres minutos, los futbolistas atléticos casi se comen al árbitro en un síntoma de desesperación y de rabia especialmente escenificado en el Kun Agüero, el jugador al que más le dolía perder, tal vez al único.
Guardado
tiró la pena máxima sin inmutarse (2-1) y los blanquiazules se van a casa en Champions con 15 puntos de ventaja sobre los del Manzanares.

NÚMEROS ROJOS
En la jornada 5
, escribí un artículo que ratificaba que por entonces el de este año era el tercer peor inicio en la historia del Atleti, sólo superado por el de la 1953-54 y el de la 1942-43. Se ganó al Zaragoza, pero no se han vuelto a sumar tres puntos. El de hoy, es ya el segundo peor inicio (sólo mejor que el de la 1953-54). El año del descenso (1999-2000), teníamos el doble de puntos (14). Pero tranquilos, Cerezo dice que vamos a ganar la Copa y la UEFA. Ya saben, es cuestión de ganar dos partidos. A ver cuándo llega el primero...

lunes, 16 de noviembre de 2009

LA ENTREVISTA: Escudero: “Me faltó un pequeño hervor para haber triunfado totalmente”

Cuando tienes delante al hombre que sigue siendo el máximo goleador en la historia del Atlético de Madrid (150 goles sólo en Liga), después de 51 años retirado, y te dice que le faltó un “pequeño hervor” para triunfar plenamente, a uno le cuesta asimilarlo.Leyendas como Luis Aragonés (123 goles), Gárate (109), Peiró (93) o Collar (71), quedaron muy lejos de alcanzar las cifras goleadoras de Adrián Escudero García (Madrid, 24-11-1927) y sin embargo él, se fue con la sensación de que “llegué hasta allí, pero me faltó un hervor para desplegarme totalmente, esa pizca de suerte que te haga llevarte todo el reconocimiento”.
Eso fue lo que le dijo uno de los entrenadores que tuvo en sus trece años en el Atlético de Madrid (1945-1958), no recuerda quién, pero la frase “es uno de esos dichos que se te quedan grabados”.
Cuando llegas a la casa de Escudero, en una apartada urbanización en Campo de las Naciones, lo primero que ves en el recibidor es un banderín del Atleti. Dentro, en el salón, hay otro más, junto a su tarjeta identificativa con una foto de futbolista del acto del centenario de la Federación Española, al que asistió recientemente.
Y sentado en una silla junto a la mesa está Escudero, que se pone de pie para saludarte a ti, que jamás le has visto jugar porque cuando él se retiró tus padres apenas habían nacido, pero tu abuelo te ha contado que, cuando él fue a meterse al Ejército, Escudero estaba de pleno apogeo, y tú estás cansado de leer su nombre y de escribirlo en aquellas interminables listas que hacías de chaval sobre los goleadores históricos del Atleti, en las que el primero era siempre el mismo. Escudero, 150 goles.

DEBIÓ METER MÁS GOLES...
“En mi época era más fácil meter goles que ahora -asegura restándose importancia-, aunque eran menos partidos. Entre Copa, Copa Latina, la Selección y amistosos internacionales, metí 187 goles”, nos cuenta.
Aunque debió meter más: "Sería vanidoso por mi parte, pero yo cuando jugaba de extremo sólo nos dedicábamos a pasar el balón. De delantero centro metí el doble de goles que de extremo izquierda. Si me hubieran puesto de delantero centro toda mi carrera...".

SU ÍDOLO, PACO CAMPOS
Entre las leyendas anteriormente citadas, nos hemos dejado a Francisco Campos, tercer máximo goleador en la historia del club (112). Ése era el ídolo de Escudero: “Campos era mi jugador predilecto y yo me quería parecer a él. Cuando yo empecé éramos compañeros. Él interior izquierda y yo extremo izquierda. Campos y Escudero”.
Y le superó ampliamente.
Comenzó su carrera en el Banco Hispano Americano, en segunda regional, y en el Mediodía, en Tercera División, entonces, alguien llegó preguntando por Escudero: “El Mediodía estaba subvencionado por el Madrid, le ayudaban en botas, balones. Me dijeron: que vienen a por ti. Y pensé que era el Madrid. Pero me contestaron, no, no, es el Atleti. No sé el chanchullo que hicieron, pero cuando me quise dar cuenta me fui al Atleti. Todos los jugadores del Mediodía que interesaban al Madrid tenía prioridad. Pero parece ser que al presidente le dieron algo”.
SUS COMIENZOS FUERON "MUY FÁCILES"
Su llegada al Atleti se produce a finales de 1945, y por entonces había que tener 18 años para poder jugar, así que el club decide esperar: “El Atleti me ficha, pero no debuto hasta enero porque no tenía la edad. Estuve un par de meses entrenando con Zamora de técnico, cumplí los 18 a finales del 45, y ya en 1946 Zamora me puso a jugar”.
Y desde entonces, todo vino rodado: “Mis comienzos en el Atleti fueron muy fáciles, porque me pusieron y ya no paré de jugar hasta que me jubilaron. En todos los equipos jugué. Conmigo pasaba una cosa, en el Banco Hispano, con 16 o 17 años jugaba con ficha falsa, pero el presidente me decía: Cómo te voy a sacar, si esos son unos bestias. Y yo le respondí: Señor Vila, si usted me dice esto no voy a jugar nunca. Porque normalmente todos van a ser mayores que yo. ¿Y entonces para qué me ha fichado?”.

"EN DOS MESES VAS A SER INTERNACIONAL..."
Escudero se asienta en el once rojiblanco, y comienzan a llegar los goles, los títulos... y la selección: Helenio Herrera tenía una virtud, era un psicólogo, aparte de buen entrenador. Se fijaba en las cualidades de cada uno. Yo había cogido peso, era más fuerte, y Helenio Herrera me dijo un día: te voy a poner de delantero centro y antes de dos meses vas a ser internacional y le vas a quitar el puesto a Zarra. Y fue así. Debuté en un 0-1 contra Argentina en Chamartín (7-12-1952), que ganaron con un libre indirecto que se le escapó a Ramallets”.
Sin embargo, nunca tuvo suerte en la selección, donde sólo llegó a jugar tres partidos: "En aquella época en España muchos equipos eran el vivero de la selección: el Madrid, el Bilbao, el Barcelona, y de rebote me llevaban a mí para representar al Atleti, para hacer bulto. Tuve muchísimas concentraciones, pero casi nunca jugaba. Siempre jugaban los mismos: Zarra, Gainza, Panizo, César. Y entonces no había cambios”.
Y tiene un par de anécdotas al respecto de amargo recuerdo: “Yo y Basora estuvimos concentrados 15 días en El Escorial para ir al Mundial de Brasil y llegado el momento dijeron: Escudero y Basora se quedan en Madrid. ¿Por qué? Porque se había metido un directivo para el viaje y no había plazas en el avión.
En un España-Bélgica, voy concentrado y se visten casi todos porque como era amistoso sí había cambios. Pero el seleccionador a mí me manda a la grada. Se lesiona Gainza y como yo era extremo izquierda le dice al masajista: Rafa, busca a Escudero y que vaya calentando. Le dice Rafa que estaba en la grada vestido de paisano. Me llama y cuando voy a salir para sustituir a Gainza, resulta que ya habían sacado a Aldecoa. Me hicieron cambiarme para nada”.
Zarra, Panizo, Gainza... fueron los que se llevaron el reconocimiento, los demás íbamos de relleno”, confiesa resignado.
BEN BAREK Y LA DELANTERA DE CRISTAL
Pero donde no estaba de relleno era en el Atlético de Madrid, donde formó parte de delanteras míticas, entre ellas la de “cristal”, con Juncosa, Ben Barek, Pérez Paya, Carlsson y Escudero, cuyo bautizo tiene una explicación: “Normalmente el Atleti de esa época tenía un equipo que jugaba bien al fútbol, pero no era un equipo que fuera al choque. Eludía mucho el choque. Ben Barek jugaba muy bien al fútbol, pero te decía: yo no he venido aquí a una guerra, he venido a jugar al fútbol.
Pero en aquella época le daban palos a él porque era como hoy por ejemplo Kaká. Era el mejor e iban a por él”.
¿Y tan bueno era Ben Barek, para que Pelé dijera que si él era el Rey del fútbol, Ben Barek era Dios?: “Ben Barek era muy buen jugador, tenía un estilo muy bonito. Hacía cosas que entonces no se hacían. Igual que ahora hay gente que hace la bicicleta y esas gilipolleces, él hacía otras cosas. Él impuso una jugada. Él remataba muy bien de cabeza. Y siempre me decía que tenía que hacer de parachoques. Estar pendiente del que marcaba a Ben Barek y no dejarle saltar. Hacía de escudo para que él rematara más claro.
Una vez, en el Metropolitano le sacaron a hombros, como si fuera una corrida de toros. Porque hacía cosas que no se veían”.

DOS LIGAS QUE DEBIERON SER TRES
Y de esa delantera, nacieron dos Ligas, y cerca estuvo una tercera: “Tuvimos la tercera Liga, íbamos a por el tercer título. En aquella época yo era como ahora Raúl, sería mejor o peor, pero era un hombre gol. A mí me rompieron la pierna en Barcelona (faltando cuatro jornadas en Sarriá con el Atleti segundo a sólo un punto del Barça). Íbamos ganando 0-1 y Helenio Herrera le dice al masajista, búscale dos tablillas y para dentro. Como no había médico, el médico era el masajista, y le contestó: pero si le han roto la pierna, cómo va a entrar. Nos quedamos con diez y terminamos perdiendo 3-1”.
Y esa Liga voló, proclamándose campeón el Barcelona. Entonces, era normal jugar lesionado: “Habrás oído hablar del gol del cojo -nos cuenta-. Juncosa siempre andaba renqueante, pero siempre metía el gol del cojo. Como no se podía cambiar, entrabas como podías. Yo jugué con un brazo dislocado o con el tabique roto. Una vez, Joaquín, un defensa del Sevilla, me rompió la nariz y tuve que jugar así toda la segunda parte”.
EL PICHICHI Y LA PRENSA "MADRIDISTA"
Pero cuando estaba sano, hacía goles como churros. Sin embargo, nunca ganó el trofeo Pichichi. Dos años, estuvo muy cerca, la temporada 1952-53, con 21 goles por los 24 de Zarra, y la 1955-56, 21 tantos, tres menos que Di Stéfano. Recuerda especialmente este último año: “A mí me quitaron al menos dos goles cuando Di Stéfano y yo íbamos al lado en el Pichichi. Un gol, en Valladolid, driblo al portero, tiro, y rebota en un defensa. Se lo dan a él en propia puerta. Otro gol, contra el Hércules, tiro desde dentro del área, le da al defensa en la rodilla y otro autogol. El Marca era el que apuntaba los goles y, aunque el árbitro pusiera que habías marcado un gol, a ti no te preguntaban. El cronista ponía lo que él había visto, lo que él quería”.
Y es que hay cosas que no cambian con los años, y que ya eran así hace medio siglo: “Yo te cuento esto a ti porque eres del Atleti -me confiesa-. Hubo un Real Madrid-Atleti en Chamartín, que les metimos 3-6. Pues para la prensa ese partido desapareció en seguida. Los del Madrid lo llevan todo tan bien que no quieren ni comentarlo. Le restan importancia porque a ellos les duele. La prensa lo hace desaparecer. Es como lo de los goles del Pichichi. Cuando ves que todo es imparcial, qué se le va a hacer, pero cuando todo sigue una línea... Siempre favorecían al Real Madrid, igual que ahora”.Pero Escudero nunca contó sus goles, de hecho, asegura que fue “en el centenario del Atleti” cuando fue consciente de que era el máximo goleador en la historia del club.
"El otro día, en el acto por el centenario de la Federación, llegó Miguel, internacional y que jugó conmigo en el Atleti, y me dice: ¿tú cuántos goles has metido? Y le dije: yo que sé, los que han dicho los periódicos. Y me dice: yo he hecho tantos, porque yo los he contado. Yo no conté ninguno”, me confiesa con naturalidad.
“MI AMIGO EL DEL GOL MIL”
Pero eso sí, hubo un gol muy especial, que muchos le recordaban: “En la época yo metí el gol mil del Atleti. Eso te lo decían los seguidores del Atleti. Oye Adrián, que has metido el gol mil. En la Inmaculada había un puesto de gasolina y un gasolinero era muy del Atleti. Entonces había pocos surtidores en Madrid y cuando llegaba me decía: ¡Aquí viene mi amigo, el del gol mil! Y siempre me llamaba así, el del gol mil”.

UNA RETIRADA OBLIGADA
Pero después de perder la cuenta de sus goles, de los trofeos, de partirse la cara por su Atleti, un día llega a casa, con sólo 30 años, y se encuentra una sorpresa muy desagradable: “El Atleti me manda una carta diciéndome que me da la carta de libertad... Has estado 15 años y sin hablar contigo te mandan una carta diciéndote, a partir de tal día queda libre. Eso son cosas que no asimilas. A mí me retiró el Atleti”. Los dos últimos años había comenzado a jugar menos, sobre todo a raíz de la llegada de “nuestro amigo Daucik”, que no confió en él. Pero Escudero tiene claro el motivo principal de su salida: “Estaba de delantero centro y estaba en forma. Tenía 30 años y era un chaval que siempre había vivido del deporte, pero el Atleti ficha a Vavá, delantero centro del Brasil campeón del mundo en Suecia. Le fichan como estrella y yo, en comparación, era una pequeña mierda y a mí me dejan a un lado”.
Y ahí acabó su carrera. El Deportivo de la Coruña intentó ficharle, pero no fructificó: “El Coruña vino a por mí. Lo tenía todo hecho. Pero se metió por medio un directivo que era coronel o general de aviación y quiso ponerse como mi representante. Y en un momento dado se puso los galones y dijo: aquí se hace lo que yo diga. Habíamos quedado en Madrid con los directivos del Coruña, quedamos en que me iban a pagar tres millones de pesetas en tres años, a millón por temporada. Pero se ve que dijeron que finalmente me daban sólo medio millón el primer año y y el general les mandó a todos a hacer puñetas. No volvieron a contar conmigo”.
“Entonces, el Atleti me ofreció quedarme entrenando a los juveniles y ya pues no me quedó otro remedio que retirarme”, confiesa Escudero con cierta lástima.
Posteriormente, llegó a ser segundo entrenador del Atlético e incluso primero durante las últimas jornadas de la Liga ganada en 1966, por enfermedad de Domingo Balmanya.

YA NO SE PRODIGA POR EL CALDERÓN
Últimamente, a Escudero ya no se le ve por el Calderón. A punto de cumplir 82 años padece de gota y la humedad del Manzanares le afecta. Además, sus rodillas ya no son las que eran y, para colmo, Benito, secretario de la Asociación de Veteranos, le cambió el asiento de su palco vips del número uno al 14, con lo que ya no está "para andar pasando entre la gente". Encima, en uno de los últimos encuentros a los que asistió, el 2-1 al Sevilla en la 2006-07 remontando con dos goles de Maxi, la marabunta de la gente le tiró a la salida del estadio.
Aunque tiene la intención de volver, siempre acompañado de su bastón que soporta las piernas que tantos goles dieron a los rojiblancos.
Todavía hoy, si uno cierra los ojos, en silencio, entre Cuatro Caminos y la Moncloa, donde antiguamente se levantaba el estadio del Metropolitano, aún se puede escuchar el rumor del público cantando un gol. Un gol de Escudero. El del gol mil.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

¡Ahora meten seis!

El Atlético de Madrid consiguió anoche su mayor goleada en los últimos años, 6-0, ante un Marbella que es colista en su grupo de Segunda B y con una eliminatoria ya sentenciada en la ida con el 0-2.

Sinceramente, de esta goleada no creo que salga reforzado nadie, más que Maxi. El argentino hizo cuatro goles, demostrando la voracidad de un delantero centro cada vez que se plantó frente al marco, y esperemos que le haya inyectado importantes dosis de confianza de cara a firmar más goles ante rivales de entidad.
Del resto, Sinama también hizo un gol, aunque casi no lo celebró porque antes había vuelto a recibir pitos tras fallar una ocasión clara, y Jurado también marcó, pero el gaditano es de lo poco salvable en este inicio de temporada.
Reyes al parecer también hizo un buen choque, que a punto estuvo de aderezar con un tanto, pero debe terminar de explotar con una buena actuación que le consolidé en el equipo.

FALTÉ AL ESTADIO, TRES AÑOS Y MEDIO DESPUÉS
Y digo al parecer porque no vi el partido. Por primera vez en tres años y medio, el Atleti jugaba en el Vicente Calderón y yo no estaba presente (la última vez que falté fue en un Atlético 1-0 Athletic gol de Torres porque estaba de vacaciones en Canarias). Como yo, hubo otros 40.000 abonados que decidieron quedarse en casa, lógico y normal por el resultado, el rival, la trayectoria del equipo y la hora ¿a quién y con qué intención se le ocurrió ponerlo a las siete un día entre diario?
Pero, pese a todos los condicionantes que invitaban a ahorrarse la visita al Calderón, yo, hubiera estado.
Y no estuve porque ayer empecé el Master en Periodismo Audiovisual de TeleMadrid y Onda Madrid que espero me ayude a abrirme puertas en este mundo.
Me sentía raro cuando a las siete de la tarde me encontraba sentado en un pupitre en la universidad en vez de estar en el Calderón. Cuando mi novia me mandó un mensaje al principio de la segunda parte para decirme que iban 5-0 pensé “¡ahora!”.

EN TODOS LOS "BOLOS" DE COPA ESTUVE YO
Y pensé “ahora” no sólo por el nefasto inició de campeonato, ya que esta goleada carece de demasiado valor, sino porque en los últimos años no he faltado ni a una sola de las primeras rondas de Copa y siempre me he encontrado entre los 4.000 incondicionales (¡¿15.000 según el club?!) que acudían al Calderón en días como ayer.
He soportado estoicamente el 0-0 del año pasado ante el Orihuela, el 1-1 de hace dos años contra el Granada 74, el 0-1 de hace tres temporadas frente al Levante; por no hablar de partidos más adelante, ya en octavos, como el 1-1 con Osasuna de la 2006-07 o el 0-0 con el Valladolid de la 2007-08. En todos esos choques el fútbol brilló por su ausencia. En todos esos choques no hubo más de 10.000 personas. Y en todos esos choques estuve yo. Por eso, anoche, pensé “¡ahora!”.

PD: Os dejo un resumen con los goles del partido por si alguno, como yo, no los vio en directo

domingo, 8 de noviembre de 2009

¡Humillación, en el Calderón!

Al parecer, con este bonito cántico celebran los Ultras Sur su victoria anual en el Vicente Calderón. Sin duda, el del Calderón debe ser un partido por el que se pegarán por venir, no en vano debe ser un enorme gustazo venir cada año a reírse en la cara del vecino en su propia casa.
También nos cantaron el “¡A Segunda, oe, a Segunda!”, que va camino de cumplirse. Lo que a continuación voy a relatarles es la historia de mi octavo derbi en el Vicente Calderón. Una historia muy similar año tras año. El mismo perro, pero con distinto collar. Este año, el derbi me duró cuatro minutos.

CON EL DERBI EN LA CABEZA
Desde que me desperté por la mañana no podía parar de pensar en el puñetero derbi.
Mi novia me dijo que me callara porque no paraba de contarle anécdotas de derbis anteriores y aburrirla con nuestras desoladoras estadísticas.
Después de comer, me vi el vídeo conmemorativo del centenario, en el que Futre definía el derbi como “el más caliente de Europa”. Ay, cuánto hace que dejó de serlo para ser el derbi más desequilibrado de Europa...
Santi Denia también afirmaba lo siguiente: “Fíjate lo que te digo, ser del Atleti es ser buena persona”. No le falta razón al bueno de Santi, pero, hoy por hoy, ser del Atleti más que de bueno es de ser tonto. Fíjate lo que te digo, Santi.
Nuestro presidente en acto, Miguel Ángel Gil Marín, comentaba en el vídeo en el apartado dedicado a los derbis que era una lucha “de David contra Golliat”.
¿Cuántos atléticos a los que les pregunten dirían que jugar contra el Madrid es la lucha de David contra Golliat? Así nos luce el pelo...
Pero la única honda que tiene este equipo actualmente se llama Agüero y estaba en el banquillo, así que el resto se dedicaron a tirarse piedras en sus propias cabezas, lo que se les da de lujo.

AGUANTAMOS 4 MINUTOS
Todos dábamos gracias al cielo cuando transcurrido el primer minuto todavía íbamos 0-0
. es muy triste, pero cuando la pelota salió por fuera de puerta y se consumió el primer minuto ya hasta se comenta en la grada: “Hoy no nos marcan al minuto”. Psicosis...
Tardaron tres más. A los cuatro, Cleber pierde un balón en la frontal rodeado de tres hombres que fueron a morder (porque el Madrid sale a morder en los derbis) y Kaká soltó un latigazo que se coló junto al palo derecho de Asenjo (0-1). Para mí, ahí se acabó el derbi. Estuve amargado ya el resto del encuentro.
Mi amigo el vikingo Mario me mandó el siguiente mensaje: “¿Has visto cómo chutan los balones de oro, indio?”. Y efectivamente lo vi bien, sí. Pero como nosotros no tenemos de eso el Real Madrid nos siguió arrinconando en nuestro campo. En el Calderón, y perdiendo 0-1 y arrinconados.

ARRINCONADOS
Así que el Real Madrid acumulaba más ocasiones, la última un disparo desde fuera del área de Sergio Ramos (por cierto, cómo ha bajado este chico) que detuvo Sergio Asenjo.
Nos van a marcar el segundo, le adelanté a mi padre. Dicho y hecho. 24 minutos, y golazo de Marcelo con la derecha y sin ángulo. Cuánto más he visto el gol en las repeticiones, más me he cagado en la puta (con perdón) porque manda narices que este tío nos meta ese golazo por la escuadra con la pierna mala, totalmente fuera de su posición, y con Pablo encima. 0-2 y ahí sí que se había acabado el partido, aunque yo ya lo di por finiquitado con el 0-1, porque volví a darme cuenta de que esto era lo de todos los días.
Y no se crean señores que con el 0-2 el equipo intentó irse para arriba, no. Tan sólo un tiro al poste de Forlán en un balón perdido al segundo palo fue el único acercamiento claro.
Un minuto después, Benzema se quedó solo ante Asenjo y el portero metió una mano milagrosa para despejar a corner.

SIMAO, LA CAMISETA DE CASILLAS Y SU FALTA DE GOL
Al borde del descanso, el partido pudo cambiar, porque Simao se quedó solo ante Casillas tras ganarle la espalda a Ramos, pero su tiro (un misil según el de las noticias de TeleMadrid) lo sacó Casillas con una mano.
Dicen que el portugués le pidió la camiseta a Casillas justo después, camino del descanso. Sinceramente, a mí eso me importa un bledo. Aunque podía ser más discreto, efectivamente, y demostrar estar un poco jodido con el resultado.
Lo que ya me importa más es que el bueno del portugués lleva cero goles, cero, en lo que va de temporada. Y con Portugal en las dos últimas jornadas decisivas metió tres...
En la segunda parte saltó nuestra última esperanza, el Kun Agüero. Aunque lógicamente el chaval no va a meter dos goles en cada partido y encima en 45 minutos. Estuvo apunto.
No sé si Agüero quería irse o quedarse, pero la diferencia con Forlán es abismal, no sólo en el estado de forma y el acierto, sino fundamentalmente en la actitud y en la lucha. Volvió a vérsele pelear balones hasta su propio campo, cosa que a Forlán no le he visto apenas este año.
El argentino lo intentó, pero el equipo seguía sin llegar con claridad a los dominios de Casillas.

PEREA REMATA EL PARTIDO "POR SI LAS MOSCAS"
Y en el 20 de la segunda, Perea remató el partido por si todavía se movía. Con un pase fácil a Antonio López a su izquierda, el colombiano controla mal, ve llegar a Higuaín e intenta regatearle, el argentino se la quita y le mete el culo dejándole atrás (no podía agarrarle) y bate a Asenjo con facilidad, que ni sale ni cubre portería (creo que fue el único gol que pudo evitar y he leído excesivas críticas hacia él).

AGÜERO, EL ÚNICO
Partido muerto y enterrado. Pero entonces apareció Kun.
El único futbolista a día de hoy de Champions en este equipo de descenso se va de tres por el centro y Ramos le caza en la frontal. Roja y el Madrid con diez. Aunque si no le metimos un gol a un Mallorca con nueve, que le vas a meter al Madrid con diez.
La falta no se la deja tirar Simao a Agüero, pese a que se la pide, y la manda fuera.
El partido siguió su curso y el Madrid incluso concatenó jugadas de largas posesiones, lo que rayaba la vergüenza.
Por cierto, hablando de vergüenza, medio Calderón cantando el “Adiós, hijo puta adiós” a Sergio Ramos como si hubiéramos ganado algo. ¡Pero que vamos 0-3!, recordaba. Muchos aplaudían los saques de banda con alegría ya con el 0-2. Bendita afición...
Y entonces Forlán metió el 1-3. Abrió a banda para Ujfalusi, muy acertado, y se desmarcó de lujo para hacer un gol fácil, pero que en realidad se fabricó él solito.
Ni canté el gol. “Tendrían que meter otro en dos minutos para que animase algo”, le dije a mi padre. Y lo hicieron.
Agüero dejó roto a Pepe y se la cruzó a Casillas (2-3).
Quedaban diez minutos, diez. ¿Habría milagro?
No, porque en los derbis los milagros los suele hacer Casillas y lo volvió a hacer.
Primero Simao redondeó su noche mandando a Parla un balón en el segundo palo cuando estaba solo. Y después, de nuevo Kun. Encaró a Casillas tras una asistencia preciosa de Maxi con el pecho, pero su tiro abajo lo sacó Casillas.
“Me gustaría que el Atleti peleara todos los años por la Liga”, decía en la previa el bueno de Íker. Si es que somos el hermano tonto... A mí también me gustaría que subiera el Rayo...
Y el partido se acabó, y aunque la derrota fue más que justa, quiero reseñar que en el 87 creo que fue a Cleber al que le anularon un gol tras un discutido fuera de juego de Ujfalusi en el momento de dar el pase. No puedo opinar sobre la jugada, ya que para los informativos de TeleMadrid, Cuatro y Antena 3, la jugada no existió.
Así que otro derbi perdido, van siete de los últimos ocho en nuestro estadio. Pero como dijo el sabio de Escudero, ¿qué pasó? Nada.

NI CUARTO DE HORA
Para finalizar quiero dejaros aquí los resultados de los últimos ocho derbis en el Calderón y el minuto en el que se logró el primer gol. Ni cuarto de hora. Eso se llama eyaculación precoz.
Échense a llorar. Yo, ya lo he hecho.

2002-03- 0-4- Ronaldo (2), Raúl (2). 0-1- (6') Ronaldo.
2003-04- 1-2- Solari, Helguera. 0-1- (5') Solari.
2004-05- 0-3- Ronaldo (2), Solari. 0-1- (14') Ronaldo.
2005-06- 0-3- Ronaldo (2, 1P), Perea (p.p.). 0-1- (8') Ronaldo (P).
2006-07- 1-1- Torres; Higuaín. 1-0- (9') Torres
2007-08- 0-2- Raúl, Van Nistelrooy. 0-1- (32'') Raúl.
2008-09- 1-2- Van Nistelrooy, Higuaín (P). 0-1- (34'') Van Nistelrooy.
2009-10- 2-3- Forlán, Agüero; Kaká, Marcelo, Higuaín. 0-1- (4') Kaká.

viernes, 6 de noviembre de 2009

ESPECIAL DERBIS V (I): Adrián Escudero: "Antes, si perdías un derbi tenías que esconderte, ahora no pasa nada"

Esta semana, he tenido la enorme suerte de poder entrevistar en su propia casa al máximo goleador en la historia del Atlético de Madrid, Adrián Escudero García. Fue una charla de una hora y cuarto en la que escuché encantado las miles de historias que pudo contarme sobre sus trece años de rojiblanco (1945-1958). La semana próxima publicaré la entrevista completa, pero aquí os adelanto lo que me comentó sobre los derbis y la situación actual, artículo que he escrito para la Agencia EFE.
Espero que os guste, con algún Escudero en el equipo, el derbi de mañana lo ganábamos seguro:

El máximo goleador en la historia del Atlético de Madrid, Adrián Escudero (150 goles sólo en Liga), ha hablado del derbi madrileño de mañana y de las diferencias con los de antes: "En mi época, te tenías que esconder si perdías un derbi. Ahora no pasa nada, no le dan importancia a perder con el Madrid".
Adrián Escudero (24-11-1927) es una eminencia para hablar de este tipo de encuentros. Con 20 derbis jugados a sus espaldas (el tercer rojiblanco que más ha disputado, sólo por detrás de Adelardo -27- y de Collar -24-), sabe lo que es derrotar al Real Madrid en nueve ocasiones y es también el jugador del Atlético de Madrid que más goles les ha hecho, nueve.
Escudero ha relatado lo que para él suponía jugar un derbi: "Yo he nacido en Madrid. Y para mí, ganar al Madrid era más especial que ganar cualquier otro partido (dice llevándose la mano al corazón)".
El Atlético de hoy sólo tiene un madrileño en sus filas, Álvaro Domínguez, que probablemente no jugará contra los blancos.
Escudero recuerda lo que era disputar un Atlético de Madrid-Real Madrid en sus tiempos, en la década de los 40 y los 50: "Antes, si perdías un derbi, no podías salir a la calle. A mi madre, que en paz descanse, el carnicero le decía: para tu hijo no te doy nada que no se lo merece por haber perdido. Entonces no había coches, tenías que ir en Metro, en taxis o en tranvía. Y te tenías que esconder porque la gente te señalaba".
Por suerte ganó muchos, incluidos los que todavía hoy son las mayores goleadas al Real Madrid con el Atlético como local (5-0 en la 1947-48 y 5-1 en la 1949-50): "En ambos marqué. Los del Real Madrid llegaban confiados pensando que nos iban a ganar y les mojábamos la oreja. Entonces el carnicero le regalaba a mi madre cosas para mí (cuenta entre risas)".
Medio siglo después, las cosas han cambiado: "Ahora no le dan importancia a perder con el Madrid, parece que estamos hablando de jugar entre amigos".

"DEBERÍA CAÉRSELES LA CARA DE VERGÜENZA"
Y cuando le comentas que los rojiblancos llevan sin ganar al Real Madrid desde el 30 de octubre de 1999, Escudero no se sorprende: "Llevan diez años sin ganar al Madrid y qué ha pasado. Nada. Si en la prensa le dieran a estos datos la importancia que tienen debería caérseles la cara de vergüenza".
El máximo goleador de la historia rojiblanca no cree que Abel Resino fuera el culpable de los males rojiblancos y piensa que Quique Sánchez Flores será "uno de tantos".
"Que tenga suerte y nos saque del hoyo donde estamos. Pero que no creamos que por venir un nuevo entrenador ya volvemos a los primeros puestos. Hay que dejar de hablar de que ganando dos partidos salimos de abajo y hacerlo, porque ya estamos en descenso y mira lo que pasó hace nueve años", recuerda.
Y apunta la única fórmula que él conoce para revertir la situación: "Tenemos que sacrificarnos mucho. Todos estos jugadores que son buenos, que no solamente lo lean en la prensa, que lo demuestren en el campo. Que se lo demuestren a su afición".
Palabra de Adrián Escudero, el gol, en rojo y blanco.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Derrota con honor

El pasado mes de marzo, cuando el Atlético de Madrid cayó eliminado ante el Oporto, titulé mi crónica “derrota sin gloria”. Anoche fue diferente. El Atleti se quedó sin opciones de clasificarse para los octavos al no ser capaz de ganar al Chelsea. Pero delante tenía a uno de los tres mejores equipos de Europa, y los rojiblancos dieron una gran imagen haciéndose acreedores de la victoria.
El equipo cayó con honor. Pero no fue anoche cuando nos eliminaron de Europa. Fue en el triste empate a cero frente al APOEL, en la lamentable media hora final de Oporto o en la hemorragia tras el 1-0 de Londres.
Vinieron los 'blues' a buscar un empate en el Manzanares, sabedores de que el billete a octavos ya estaba en el bolsillo pasara lo que pasara, y al final se llevaron el resultado a por el que venían, aunque con un desenlace bastante distinto al que preveían.
Reservó poco Ancelotti, con la entrada de Alex por Ivanovic y la inclusión de bandas, con Joe Cole y Malouda por Ballack y Deco, como únicas variantes respecto al partido de Londres. Bueno, y la vuelta de Didier Drogba en sustitución de Anelka, en lo que suponía el debut del marfileño en Champions tras la sanción del famoso partido de semifinales ante el Barça. Vaya debut el del bueno de Didi. Estaba con ganas, sí.

MONÓLOGO ATLÉTICO...
A los 8 minutos ya avisó cruzando por poco un balón que previamente había sido despejado por Assunçao... flojo, y al punto de penalti.
Parece mentira que el brasileño tenga 29 años y está harto de jugar la Champions con el Oporto. Pero anoche, su despeje al centro incumplió una de las máximas del fútbol y a punto estuvo de costarnos un gol.
Esa y un zambombazo desviado de Lampard en las postrimerías del descanso fueron los únicos acercamientos del Chelsea a la portería donde se encontraban sus 2.500 incondicionales.
El resto fue un monólogo atlético. Tocando mucho más de lo habitual, con Cleber bastante entonado, Reyes encarando y pegando (ya venía pidiendo paso con Abel) y la defensa seria.
Sólo Forlán desentonaba, lejos aún de su mejor tono. Y bueno, Sinama, que cada día confirma que Pacheco o Borja deberían estar disfrutando de los minutos que él desperdicia.
El Atleti jugaba mejor, pero se llegó con 0-0 al descanso, y aunque el Chelsea no tenía la voracidad de Stanford Bridge, temía que se adelantase en el marcador y el despeño fuera similar.
AGÜERO SE ENCONTRÓ
Por fortuna no ocurrió así, y el Atleti siguió mandando en la segunda mitad, pese a que a los cinco minutos Asenjo tuvo que despejar al palo una falta de la bestia de la noche, Drogba.
En el 8 de la segunda, Agüero, que llevaba calentando desde mediada la primera parte, saltó al campo.
El argentino salió enchufadísimo y, esta vez sí, le entró todo lo que se le había negado en el mes precedente.
A los 66 de partido, cuando llevaba poco más de diez minutos sobre el campo, se desmarcó inteligentemente al segundo palo y allí le cayó un despeje de Terry con la cabeza. Sin dejarla botar, el argentino conectó una volea impresionante junto ángulo derecho de Cech (1-0). Golazo. El Atleti estaba vivo. Sobre todo porque el Oporto no pasaba del 0-0 en Chipre.
La bestia que estaba dormida se despertó y perdido el empate que había venido a buscar se fue en su busca.

DROGBA LE DIO LA VUELTA EN CINCO MINUTOS
Primero fue Drogba, en una nueva media salida de Asenjo (como hizo en San Mamés), que la pegó mal y desviado. Después Deco, el que remató fuera un despeje del portero rojiblanco. Y a la tercera llegó la vencida para los ingleses. Antes pudo sentenciar el Atleti, en un centro desde la izquierda de Simao que no encontró rematador por poco.
Pero no lo hizo, y Drogba puso el empate para enmudecer al Calderón. Quedaban sólo ocho minutos para haber logrado la gesta. Pero el marfileño remató casi sin saltar ganando la partida a Juanito (1-1).
Después de todo el trabajo, el Chelsea había igualado el partido en sólo 15 minutos. Pero podía ser peor. Cinco minutos después, un pase en profundidad desde la zaga del Chelsea dejó a Drogba entre Pablo y Juanito. El manchego le hizo una entrada que bien podía haberle valido la roja, pero no le rozó, y en el uno contra uno el marfileño le tiró un caño al gaditano para plantarse solo ante Asenjo.
El palentino le sacó la primera, pero el rechace volvió mansamente a pies de Drogba, que la empujó (1-2).
Tanta injusticia no podía ser real. Y el Kun volvió a poner algo de equidad. Si no me falla la memoria, sería la primera falta que Agüero tiraba en los más de tres años que lleva en el Atlético. Pero la puso cerca de la escuadra (2-2).
Fue un empate con sabor a victoria por el juego y el rival, pero con tintes de derrota porque se mereció ganar y porque sella la eliminación del Atlético. El gol del Oporto no se dio por los videomarcadores o yo no lo vi, pero un compañero de grada que había escuchado la radio me comunicó nuestra eliminación cuando alcanzaba el vomitorio.

¿Y ESTA NUEVA ACTITUD...?
Con la actitud mostrada ante el Athletic y el Chelsea se puede aspirar a ganar al Madrid diez años después. Pero si la actitud ha cambiado por la salida de Abel, sinceramente, los jugadores son unos desgraciados. La actitud, como el valor al soldado, debería suponérseles.

lunes, 2 de noviembre de 2009

El infortunio del perdedor

Conocido es por todos el dicho que habla de “la suerte del campeón”, la fortuna que acompaña a ese equipo destinado a altas cotas y que hace que la moneda caiga de cara en situaciones comprometidas.
Pero no por menos es sabido que esa suerte del campeón también tiene su contrario, el refrán que comúnmente se conoce como “a perro flaco todo son pulgas”, ese equipo al que nada le entra, al que los rebotes le perjudican y los remates se encuentran con la madera, lo que podríamos bautizar como “el infortunio del perdedor”.

Con eso se encontró el sábado el Atlético de Madrid en San Mamés. En el debut liguero de Quique Sánchez Flores las únicas novedades respecto a sus predecesores fueron las suplencias repetidas de Jurado y Perea (tampoco jugaron en Marbella).
El partido comenzó igualado y disputado, sin apenas ocasiones, hasta que una internada por la izquierda de Forlán acabó con un centro mal despejado por Gorka Iraizoz que cayó a los dominios de Maxi.
El argentino, un especialista en segundas jugadas, cabeceó en parábola contra el poste y el rechace fue a parar al Kun, cuyo disparo fue sacado en la línea por Amorebieta.
Era el minuto 12, y creo que no me aventuro demasiado si aseguro que si esa doble oportunidad hubiera entrado, el Atlético habría ganado el partido.

NO SABEN CUBRIR AL HOMBRE
Pero la pelota no entró, y cinco minutos después Javi Martínez adelantó a los bilbaínos (1-0). Esta vez le ganó la partida a Raúl García, que por cierto también se comió el centro que dejó solo a Borja Valero para que empatara el Mallorca. Pero en Londres fue Antonio López, por dos veces, en Pamplona Juanito y Pablo, y en Oporto fueron otros los que no hicieron más que demostrar que esta defensa hace aguas de tal forma que el simple hecho de mantener una marca a balón parado se convierte en una quimera.
El golpe volvió a tumbar una vez más a un Atlético que sale al campo tambaleándose y al que el más mínimo empujón le hace caer. Fueron 20 minutos en los que la presión del Athletic pudo finiquitar el partido y que obligaron a Asenjo a salvar dos manos a mano a De Marcos y a Toquero. Pero no lo mató, y el descanso llegó como un oasis para un Atlético que lleva demasiado tiempo perdido en el desierto.

EN LA SEGUNDA, LO INTENTÓ TODO
El conjunto madrileño salió en la segunda mitad con otros bríos y apenas disputados cinco minutos Maxi ya había rozado el gol por dos veces y Forlán lo intentó en otra ocasión.
El Atlético llegaba más e incluso se permitió algunas triangulaciones de mérito cerca del área de Iraizoz, pero Simao, uno de los que más tiró a puerta, estaba falto de pegada.
El culmen atlético llegó a 15 minutos del final, cuando un disparo lejano de Forlán (al que se vio más bregador que últimamente) tras un recorte se fue abriendo hasta estrellarse nuevamente en el poste izquierdo y, un minuto después, Agüero quiso emularle con idéntico resultado: zapatazo lejano y a la cruceta.
Parecía imposible más mala suerte, pero apenas 180 segundos más tarde una nueva buena combinación propició un disparo de Forlán desde la frontal que despejó Iraizoz lamiendo el palo.
En los minutos finales el Athletic supo parar el partido y puso fin a los arreones colchoneros.
Esta vez sí se puede decir que el Atlético hizo todo lo posible para llevarse los tres puntos (creó más ocasiones que ante el Mallorca de los nueve...), pero el resultado vuelve a ser una derrota que se acumula a lo del Mallorca, Osasuna, Almería, Barcelona, Racing, Málaga... y deja al equipo en descenso después de que el Villarreal consiguiera esa victoria redentora (5-0) que aquí no llega.

QUIÉN SABE SI LA NECESIDAD LLEVE AL TRIUNFO
Comienza la semana de pasión, el Chelsea el martes y el Madrid el sábado. Y, centrándome en el derbi, quién sabe si teniendo en la cabeza la necesidad imperiosa de una victoria para salir del descenso se deje a un lado la obsesión histórica por ganar de una vez por todas al Real Madrid. Tal vez el hambre sea más fuerte que las ganas de comer y la obligación de lograr los tres puntos haga olvidar que el de enfrente es el Madrid.