viernes, 6 de abril de 2012

¡Vente a Alemania, Pepe!

Como en el título de la película española de los años 70, son tiempos para emigrar a Alemania, potencia económica con pleno empleo, para exiliarse de un país que se hunde. Si se sabe alemán, tengo unos primos que tienen la suerte de dominarlo, es una excelente salida para evitar morirse de hambre en España.
El Atleti no se muere de hambre, aunque en diciembre estaba famélico, pero siempre que visita Alemania, vuelve resucitado.Hace dos años, Hamburgo quedó grabado con letras de oro en la centenaria historia de nuestro club con la consecución de nuestra primera UEFA Europa League. Este jueves, los rojiblancos viajaron a tierras germanas para convertirse en el primer equipo en derrotar en toda la temporada al Hannover en su propio estadio (nadie lo había hecho, ni en Bundesliga, Copa ni UEFA) y meterse en unas semifinales europeas nuevamente.
Hay motivos para ser felices. El Atleti pisa unas semifinales continentales por decimotercera vez en su historia (toquemos madera). En las doce anteriores, en cinco llegó a la final (hay que mejorar el porcentaje). Sin embargo, no puedo evitar mirar atrás y que me genere un regusto amargo el ver que, tras sólo dos temporadas, apenas había ayer tres componentes de aquella final de Hamburgo. Sólo uno fue titular, Perea, y por circunstancias, mientras que Salvio jugó 25 minutos... Y Domínguez dos.

PARTIDO A CARA O CRUZ, LEJOS DEL CALDERÓN
Pero debe ser ésta una crónica de celebración, así que vamos a ello. Se trataba del primer partido de tensión máxima a cara o cruz en lo que va de competición. Y es por ello que los echo tanto en falta cuando se celebran fuera. Se puede salir contento del estadio con una eliminatoria encauzada (3-1 al Besiktas) o tras un buen resultado (2-1 al Hannover), pero vivir en tus carnes la agonía de un resultado incierto, poder ayudar con tu aliento a lograr el pase, y salir del campo con la euforia de sentirte en la siguiente ronda, son sensaciones que sólo pueden vivirse cuando juegas la vuelta en tu casa.
Anoche no pudo ser así, como tampoco lo será en las semifinales frente al Valencia, pero la alegría del pase no te la quita nadie.

PRIMEROS MINUTOS DE “TONTEO”...
Salió el Atlético a un precioso y abarrotado AWD Arena
(50.000 espectadores que no dejaron de animar hasta el minuto 90, incluso con la eliminatoria perdida) a jugar unos primeros minutos de “tonteo”.
Un par de despistes en defensa hicieron oler el miedo a Diouf, delantero senegalés protagonista de todo el peligro del conjunto teutón en la eliminatoria. En la primera, llegó tarde e hizo falta a Courtois. En la segunda, tras un fallo de Godín, disparó cruzado.
Éste era todo el bagaje ofensivo de los locales, mientras el Atlético no pasaba de medio campo. Diego era el único que daba más de tres toques seguidos al balón, crecido ante las increpancias de la grada, pero recibía demasiado escorado a la izquierda, donde su efecto se diluía.
El brasileño volvió a dar un recital. Se agranda en las citas importantes. Manejó el tiempo del partido, inventó, aguantó la bola. No me cansaré de repetirlo: por ocho millones era nuestro. En verano,volverá al Wolfsburgo. Veremos si vuelve.
En su único error en el encuentro, perdió un balón en medio campo a pies de Ya Konan, que hizo honor a su apellido cabalgando de forma poderosa hasta la frontal del área, pero allí disparó tan mal que nos recordó su nombre completo: Ya, Konan, ya...

...QUE DURARON HASTA EL 45
Los minutos de “tonteo” se prolongaron todo el primer acto, y los atléticos nos temíamos una "zaragozada": partido plácido, pero un gol en cualquier jaimitada cercenaba el sueño europeo.
La mejor ocasión en 45 minutos fue un balón peinado por Adrián que no controló Koke en el área rodeado por tres contrarios, y un cabezazo desviadísimo del asturiano a centro de Diego.
Así andaba el Atleti, que en el mismo periodo en la ida ya había tenido cinco ocasiones claras (gol incluido) y esta vez no había tirado a puerta... No se puede regalar cuando se es superior.

EN LA SEGUNDA PARTE CAMBIÓ
Por fortuna, Simeone también lo vio así en el descanso y, como en tantos otros partidos, el Atlético que salió de vestuarios fue otro.
En dos minutos, los colchoneros ya habían pisado más el área que en los 45 anteriores, con un centro rechazado de Adrián, y un pase interior de Diego que Falcao cruzó en exceso.
Se adelantaron líneas, y Koke y Mario aparecieron en el medio aguantando la bola, con lo que el equipo tenía más efectivos.
Pero el tiempo pasaba y el inquietante 0-0 no se movía, mientras que de Valencia llegaban noticias de un 3-0, con lo que ya eran los ché los que esperaban plácidamente a los rojiblancos en semifinales.

NERVIOS FUERA CON ADRIÁN
No era cuestión de ponerse nervioso, y así lo entendió Adrián en el 63
. Al asturiano le falta gol, no lo neguemos ahora. Pero qué bien lo disimuló anoche. Ganó la posición a Pogatetz en un pase de Diego sin mucha historia (aunque el brasileño se apuntó que participó en los dos goles :), le quebró para sentarle, mientras levantó de su sofá al aficionado colchonero. “¡Tira!”, le gritamos todos. Pero él no escuchó. Dribló al meta Zieler, dejándole también tumbado. “¡Mételo!”, le suplicamos. Pero primero recortó a Pander, y ya con todos por los suelos (la zaga alemana y la afición atlética) decidió ponerla en la red. 0-1. Olé tus huevos chaval.

PERO AÚN HUBO QUE SUFRIR
“¡Ya está hecho!”, le comenté ufano a mi madre.
“Bueno, mejor que meta otro, ¿no? Cosas más raras se han visto”, me respondió como buena madre que advierte a su hijo. “No, si tendrían que meter tres goles en muy poco tiempo”, la adoctriné.
Cuarto de hora después la estaba pidiendo que mejor se callara, temiéndome la prórroga tras el gol de Diouf.
En un saque de banda (sí, en un saque de banda), Godín despejó blando y el senegalés la puso junto a la cepa del poste de Courtois (1-1). Quedaban diez minutos.
Un mundo para sufrir en rojiblanco. Un mundo que se hizo universo cuando un balón colgado quedó muerto entre Diouf y Godín, pero por fortuna Abdellaoue la remató blandita.
Lo mismito que Falcao. A falta de cuatro minutos, Adrián seguía a lo suyo. Un sombrero por aquí, un taconazo por allá. La pelota sin embargo la cortaron los teutones, pero allí apareció Diego, para robársela al bueno de Pogatetz y regalársela en bandeja de plata a Falcao, que la hizo oro con un zambombazo a la escuadra (1-2).

SEIS DE SEIS ¿DAN PREMIO POR EL PLENO?
Se vienen unas semifinales apasionantes y con aires de venganza en Valencia. Hace dos años, el Atleti levantó la UEFA en la prórroga habiendo ganado apenas dos partidos en su camino. Ahora, suma seis de seis en los cruces, tras acabar primero de grupo. ¿Nos dan el título ya? Esto no funciona así, ¿verdad?

3 comentarios :

Unknown dijo...

Como disfruto al día siguiente de ver ganar al atleti. Puedo dedicar horas a leer crónicas y repasar en mi cabeza los goles (Q golazos!), pero lo que mas me gusta es sentir que otra vez nos jugamos mucho en el final de temporada..gracias Cholo!!

Julio dijo...

Estoy de acuerdo, José: las eliminatorias se disfrutan un poco más si juegas la vuelta en casa, pero el sorteo no lo quiso.

Adrián tiene esos toques de genialidad que le hacen un jugador diferente.

Un abrazo y enhorabuena por lo que nos toca.

Nico García dijo...

Partidazo en Alemania aunque naufragio en Valencia. Hay que remontar el vuelo en Liga!!

Por cierto, esta noche a las doce o mañana puedes meterte en mi blog. Tengo unas sorpresillas preparadas!!

Saludos desde La Escuadra de Mago