viernes, 28 de septiembre de 2012

Levántate y anda

No eran los mejores jugadores, pero sí eran el mejor equipo. Dos descendidos con el Albacete (Molina y Santi), un yugoslavo desconocido frisando la treintena (Milinko Pantic) y un búlgaro de vuelta (Lubo Penev) vinieron a reforzar a un equipo que el año anterior había coqueteado con la promoción de descenso con gente de la casa (Solozabal, Toni, Vizcaino), y tres futbolistas venidos un año antes de equipos modestos: Geli (Albacete), Caminero (Valladolid) y Kiko (Cádiz).
Les hablo de memoria y les juro que no me equivoco ni un ápice. Las cinco primeras jornadas de entonces fueron las siguientes: 1ª-Real Sociedad= 4-1; 2ª-Racing= 0-4; 3ª-Athletic= 0-2; 4ª-Sporting= 2-0; 5ª-Sevilla= 0-0.
No me pregunten aquellas 42 jornadas (sé que sacamos otras cuatro victorias y un empate en las cinco jornadas siguientes, y que no caímos hasta la jornada 13... ante el Madrid), pero las cinco primeras fechas las tengo grabadas a fuego. ¿Por qué? Porque la Liga se ganó en ese incio. Estoy convencido.

EL MEJOR INICIO DESDE EL DOBLETE
17 años después, 17, el Atleti ha igualado ese inicio del Doblete. El mejor desde entonces: 13 puntos de 15 posibles: 1ª-Levante= 1-1; 2ª-Athletic= 4-0; 3ª-Rayo= 4-3; 4ª-Valladolid= 2-1; 5ª-Betis= 2-4.
Como entonces, los rojiblancos son segundos por detrás de un equipo catalán (El Espanyol fue entonces el que hizo el pleno: 15 de 15. El Barça era tercero con 11). Como entonces, el Real Madrid había empezado mal (5 puntos llevaba en la 95-96. Ahora 7).
Y en esa época también había un hombre en el equipo que me he dejado en el tintero. Un argentino venido del Sevilla un año antes que ya encandilaba por su coraje: el Cholo Simeone.
Este hombre, es el único nexo en común de entonces y ahora.

UN ATLETI FUERTE
Salió un Atleti algo distinto en el Villamarín, con Raúl García por primera vez titular en Liga como enganche y con el Cebolla Rodríguez por la izquierda, dejando fuera a un segundo punta (Diego Costa o Adrián) y a Koke, intocable hasta la fecha.
No vi con demasiada atención la primera mitad, ya que estaba en un bar con amigos, y los primeros compases me parecieron anodinos y sin dominador claro. Hasta que en el minuto 25 llegó el primer golpe. El extremo portugués Salvador Agra pone un centro desde la izquierda, nadie llega al remate, y parecido al gol de falta de Kolarov unos días antes en el Bernabéu, la pelota se cuela por el palo izquierdo de un sorprendido Sergio Asenjo (1-0). El palentino tuvo su oportunidad ante la baja de Courtois por lesión y no le acompañó la fortuna en los goles.
En esos momentos pensaba en cómo el Atleti “la caga” siempre que tiene una oportunidad de colocarse realmente arriba.

FALCAO, SIEMPRE FALCAO
Sin embargo, la reacción fue inmediata. Apenas dos minutos después Raúl García pega un centro-chut desde la derecha y en boca de gol aparece Radamel Falcao, como siempre, para remachar con todo (1-1). Sexto gol del colombiano que ya era Pichichi.
El Atleti enlazó entonces sus mejores minutos: un disparo cruzado del Cebolla lamiendo la madera; una manopla increíble de Casto a remate acrobático de Raúl García; y un nuevo paradón pletórico de reflejos a zurdazo abajo de Falcao.
El Atleti lo ponía todo para marcar... pero anotó el Betis.
En la última jugada del primer acto, centro desde línea de fondo de Juan Carlos que envenena Juanfran a la red (2-1). El marcador no podía ser más injusto.

RESURGIR APOTEÓSICO
Pero cuando a este Atleti le pegan, se levanta, y no vean cómo se levanta.
Primer minuto de la segunda parte, corner peinado por Miranda que encuentra a Falcao en el segundo palo. El colombiano es agarrado clamorosamente por Perquis y el árbitro señala penalti y expulsión. Cuarto penalti en cuatro partidos y Falcao que suma su séptima diana ajustando la bola junto al palo (2-2). Pichichi en solitario.
Como el Cid, Falcao consigue anotar pese a su sobrecarga, y apenas cinco minutos después se marcha por Diego Costa. Ha sumado siete goles en cinco partidos, habiendo jugado sólo la mitad en los dos últimos.
Pero entonces Diego Costa, recién entrado, aparece en el segundo palo para, totalmente solo, lograr el 2-3 con la zurda.

PENALTI Y EXPULSIÓN: EXCESIVO CASTIGO
A partir de ahí ya hubo poco partido. El Betis apenas llegó y el Atlético administró su ventaja con calma. Y es que esta norma del penalti y expulsión, aunque en esta oportunidad nos beneficiase, es excesiva en la mayoría de los casos. Salvo sacar un gol con la mano de dentro, creo que ningún penalti es merecedor del máximo castigo (que suele acabar en gol) y encima dejar a tu equipo con diez. Demasiada losa. Rompe los partidos.
Para colmo de males, el Betis se quedó con nueve a falta de 12 minutos tras una doble mano dentro del área de Filipe Luis y Campbell. El colegiado, Álvarez Izquierdo, sólo vio la del futbolista bético y los verdiblancos acabaron con nueve.
Aún tuvo el Betis un corner en la recta final para recordar viejos fantasmas de empates con dos hombres menos (el Mallorca en la 2010-11).
Al final, en una rápida contra, Arda asistió a Raúl García para que fusilara el 2-4 y convirtiera al Atlético, con 15 goles a favor, en el máximo anotador de esta Liga.

LEVANTARSE, SIEMPRE
Y es que los comienzos son muy importantes. Un comienzo fuerte puede hacerte coger carrerilla y llegar el primero a la recta final. Pero es capital no desinflarse y ser perseverante. Tampoco puedes dejarte encandilar por un inicio cautivador y luego llenar el año de borrones y de fases oscuras.
Lo importante, aunque pasen 17 años, es saber que nunca es demasiado tarde, que pese a que caigas a lo más bajo, aunque pases por el infierno, aunque te vilipendien, aunque seas objeto de las más zafias bromas, aunque se rían de ti durante años, debes levantarte, mirarte frente al espejo y recordar con coraje quién has sido y quién puedes llegar a ser. Y decir: aquí estoy yo, aquí está mi orgullo, y voy a llegar lo más lejos posible con él. Y a veces, lo más lejos es alcanzar lo más alto. Aunque haya quien no sepa apreciarlo. Pero entonces ellos, ya te verán desde abajo.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Cuidado con lo que deseas...

Ayer por la tarde vi la película “Como Dios”. Protagonizada por Jim Carrey, Morgan Freeman y Jennifer Aniston, ya la había visto en su día, pero uno siempre tiene garantizadas unas risas con el bueno de Jim.
En este film, el protagonista es un periodista amargado que sueña con un ascenso a presentador que nunca llega (a qué me recordará...) y que, para colmo, le es otorgado a uno de sus “rivales” más odiado.
Jim se desquicia y concluye que su vida es un auténtico fracaso, por lo que critica a Dios con insistencia sobre la manera en la que le ha abandonado.
Aquí es donde entra en escena el mismísimo Dios (Morgan Freeman), quien decide darle la potestad de sustituirle durante un tiempo para ver si puede hacer mejor su trabajo.
Por supuesto, Jim Carrey se muestra entusiasmado en el origen con sus nuevos poderes, aunque pronto se da cuenta de que la tarea de ser Dios es ímproba y poco agradecida, cuando le llegan millones de oraciones al día rogando por algo.
Así que Jim Carrey decide ser un Dios magnánimo y complaciente y con un simple click responde a todas esas peticiones con un sí, teniendo como resultado disparatado que resultan ganadores de la Lotería millones de ciudadanos, con el consiguiente reparto de migajas que ello conlleva, lo que deriva en revueltas populares...

Anoche, cuando los futbolistas de Atlético de Madrid y Rayo Vallecano rezaban en sus vestuarios (ya saben que los hay muy creyentes en este gremio) Jim Carrey debía estar sustituyendo a Dios en ese preciso instante.

DIEGO COSTA, EL QUE MÁS REZÓ
Diego Costa fue uno de los que más rezó. El brasileño le rogó a Dios que le ayudara a hacer un gran partido ante sus ex. Y Dios se lo concedió. A los pocos minutos estuvo a punto de marcar tras internada de Arda Turan, pero su derechazo lo repelió Dani. El gol fue lo único que no le fue concedido. Dio la asistencia del 1-0 tras una buena galopada por la izquierda; puso el 2-0 en bandeja a Koke tras un pase desde la derecha; participó en la jugada del 3-0 prolongando la bola a Juanfran; y fue objeto del penalti que supuso el 4-0. Sobresaliente.

MARIO SUÁREZ, UN DEVOTO APLICADO
También rezó bastante Mario Suárez. El canterano está rezando mucho últimamente y Dios le está premiando, incluso cuando no está Jim. Sólido y firme en la medular, está aprendiendo mucho tácticamente con papá Cholo, e incluso se permitió el lujo poco habitual (el año pasado no marcó un solo tanto) de plantarse en boca de gol para rematar el 1-0 tras la citada internada de Costa. Antes del descanso, hizo una gran jugada colándose entre dos y dejando solo a Arda, pero el turco la pico suavecita y la sacó Casado en la línea...

KOKE, UN BUEN FELIGRÉS
Y es que los del Atleti cuando más rezaron fue en el descanso. Entonces, a la vuelta de vestuarios, consiguieron tres goles en sólo diez minutos.
El primero fue para Koke, otro canterano devoto, que se ha hecho con el puesto de titular este año y es además el encargado de botar todas las jugadas a balón parado. El de Vallecas reclamó presencia goleadora de alguien más que no fuera Falcao y fue el primero en cundir con el ejemplo ante sus vecinos. Calcado al de Mario Suárez, remachó el 2-0 a pase de Diego Costa.

ARDA TAMBIÉN FUE ESCUCHADO
Y calcado a ambos fue el de Arda Turan. El turco pidió a Dios un golito tras adornarse en demasía en la citada acción del primer acto, y remachó sin florituras un pase raso de Juanfran (3-0). El turco está de dulce y minutos después pudo hacer doblete tras una buena jugada personal que se perdió lamiendo el palo.

FALCAO NO FALTÓ A SU CITA CON DIOS
Pero si alguien está de dulce es Falcao. Normal, se harta de rezar. El Tigre vio como los altavoces del Calderón no paraban de rugir con goles de sus compañeros (Por Dios, que quiten esas chorradas y la musiquita de después... que se escuche a la afición...) y no podía faltar a la fiesta transformando con la habitual eficacia el penalti cometido sobre su pareja de ataque. 4-0 en el minuto 60 y cuarto gol en Liga del colombiano (séptimo en cuatro encuentros).

BUENOS CRISTIANOS...
Y es que los del Atleti demostraron ser muy cristianos... y sin estar tristes. La grada del Calderón quiso acordarse de Ronaldo (“Eres un triste, Cristiano eres un triste”) y de su entrenador (“No tiene equipo, Mourinho no tiene equipo”). Está bien mandar recados al “eterno” rival cuando se le aventaja en tres puntos con un partido menos. Pero veremos lo que dura. La ventaja, no las chanzas a los madridistas. Ésas nunca paran. Aunque no siempre procedan...

PERO EL RAYO TAMBIÉN REZÓ AL FINAL
Y mientras daba codazos a mi padre apostando sobre cuánto tardaría en caer el quinto, para redondear unos números de diez goles a favor y uno en contra en tres jornadas... Jim Carrey cayó en la cuenta de que los del Rayo también habían rezado.
Los franjirrojos fueron más al estilo español, de hacer sus plegarias a última hora, así que Dios se las concedió deprisa y corriendo.
En el 82 Chori se internó por la derecha y casi sin enterarnos (ni el público ni los del Atleti) Delibasic remató solo en el área el 4-1.
Tres minutos después fue el joven Lass (efercescente, pero inconstante) el que se coló por la izquierda, burló a un Juanfran notable hasta entonces y la puso a la espalda de los centrales, donde Delibasic volvió a remachar a placer (4-2). El montenegrino dedicó una sonrisa ácida a Dios, cariacontecido porque le hubiera escuchado tan tarde.

A PUNTO DE HABER MILAGRO
Pero a punto estuvo de ocurrir el milagro para los vallecanos, y en el 89 los rojiblancos protagonizaron en defensa una de esas comedias que suelen tener un final generalmente más doloroso (porque el colchón no suele ser ése). Filipe se come un balón aéreo, Tiago despeja blando de cabeza, la pelota cae a pies de Godín, que se tropieza y consigue despejar torpemente contra el cuerpo del Chori... ¿Resultado? Balón a bocajarro para que Leo (que minutos antes la estrelló al larguero... aún con 4-0) fusile a Courtois. 4-3.
Los pitos, los chillidos de mujer cuando Tiago tarda más en sacarla en la frontal de lo normal, y los nervios inimaginables diez minutos antes, restallaron a orillas del Manzanares.
Incluso el Rayo tuvo la última, en un centro desde línea de fondo de Leo que blocó Courtois. Fue la única que tuvo que parar en todo el partido... Y ya se veía Zamora.
Al final, los rojiblancos se llevaron los tres puntos y el Cholo, que se sintió favorecido por Dios ante Paco Jémez, hizo penitencia achacando la caraja final a lo temprano de sus cambios (me sorprendiñó que ya había realizado los tres antes del minuto 65).

CUIDADO CON LO QUE DESEAN...
Y es que la moraleja de esta historia es clara. Es fácil criticar a los demás cuando se está del otro lado (seguro que Godín o Miranda se creían Baresi y Maldini ante los fallos de la defensa franjirroja), pero cuando se cambian las tornas, igual tampoco nosotros sabemos estar a la altura de la situación. Y se puede hacer daño a mucha gente...
Tengan mucho cuidado con lo que desean, porque pueden estar pidiendo algo durante meses y cuando se cumpla, darse cuenta de que hablaron demasiado. No todo el mundo está capacitado para ser Dios...

lunes, 3 de septiembre de 2012

El precio de la grandeza

Era el Chelsea un modesto equipo londinense con escaso palmarés con el que Abramovich, a base de talonario, ha conseguido lograr su sueño: levantar una Champions.
Si antes del encuentro uno repasaba los títulos de uno y de otro sólo nos ganaban en ese ansiado cetro conseguido el pasado mes de mayo. Cuatro Premiers del Chelsea, por nueve Ligas del Atleti; siete FA Cups, por nueve Copas del Rey; una Copa de la UEFA, por dos rojiblancas; y desde el viernes, una Supercopa de Europa, por las dos nuestras...
Sin embargo, en otras estadísticas no había discusión a favor de los de Londres: 90 millones de euros en fichajes (40 Hazard, 32 Oscar, 10 Azpilicueta y 8 Marin); por uno del Atlético... (Cata Diaz).
El fútbol desde hace años es sólo dinero. Y no se engañen, el Atleti ganó porque sus once hombres derrocharon más coraje y corazón (como dice el himno), pero porque uno de ellos vale 45 millones de euros y fue él quien resolvió el partido...

INICIO ARROLLADOR
Minuto tres de encuentro, Adrián pone un buen pase profundo al que llega Filipe Luis en línea de fondo. Saca un centro al área donde hay una nube de defensas azules. Parece imposible que nadie remate, pero Radamel Falcao se come a Cole y estrella la pelota en el larguero.
“Ya les hemos metido el miedo en el cuerpo”, le comento a mi padre. Eso no era nada...
Minuto seis de juego, balón largo para Falcao, la pelota se le queda atrás, se frena, se para, toque sutil para superar la salida de Cech y la bola junto al palo izquierdo (0-1), inalcanzable para David Luiz (el hermano futbolista de Daniel Diges, el de “Algo pequeñito”).
Pequeñito, muy pequeñito se quedó David Luiz al lado de Falcao, al igual que todo el Chelsea ante la aplastante superioridad atlética. La cara de Fernando Torres tras el tempranero tanto, un poema...
No existió en ningún momento el equipo blue, ni Lampard, ni Mata, ni Obi Mikel... tan sólo Hazard justificó sus 40 millones con algún disparo desviado y algún pase profundo que fue siempre bien cortado por Godín y por Miranda. Impecables ambos, sobre todo el brasileño, anticipándose a cada balón que buscaba a Torres.

EL ATLETI ATACABA EN TROPEL: BATALLÓN DE COMBATE
Al cuarto de hora, Adrián se topó con Cech y Arda Turan cabeceó fuera un centro de Filipe. A los 19, llegó el segundo.
El Atleti atacaba en tropel, como cuando éramos niños y las jugadas ofensivas consistían en un batallón de combate avanzando metros todos alineados. Estilo Oliver y Benji. Nadie defendía, y era bueno ir en línea porque rara vez te la pasaba tu compañero, así que había que estar cerca por si se le escapaba...
Así que en tropel la llevaba Koke, junto a él Adrián, y un pase que nuevamente se come David Luiz le llega a Falcao, de nuevo se para, se coloca, y lo vi claro: ¡Lo va a volver a hacer! Y lo hizo. Una rosquita perfecta con la zurda, idéntica a la que le colocó a Iraizoz por la escuadra tres meses y medio antes en la final de la UEFA. 0-2. Sólo cambiaba el equipo rival. Pero la rosca de Falcao siempre se aloja en la escuadra.

COMO MOTOS
La cosa pintaba bien. Más que bien. Y el Chelsea era incapaz de acercarse a la portería del que se supone será su futuro portero.
Los ingleses intentaban moverla, pero el Atleti recuperaba con facilidad, con Mario y Gabi como gladiadores, y cuando se robaba, de nuevo toque de corneta y batallón de combate.
Adrián se cruza todo el campo con su zancada característica, le acompañan tres rojiblancos, entre ellos Gabi, que aparece por la derecha como si se hubiera tomado tres Red Bulls. “¡Van como motos!”, comenta mi padre fascinado. Pero Gabi no es Falcao y su tiro lo tapa Cech. “Si meten el tercero esto sí que se acaba”, sentencia.
Y el tercero tenía que llegar. Arda da un pase de la muerte para Adrián, que de forma sorprendente remata contra sí mismo (creo que jamás vi algo igual) y Falcao, que devora cada balón que ronda el área, remata no sé cómo y no sé cuándo contra el poste. Apoteósico.

¿DÓNDE ESTÁ FALCAO...?
Pero el éxtasis aún estaba por llegar. Minuto 45, corner en contra. “Es muy importante estar concentrados ahora”, dice el Mami Quevedo. El Atleti despeja... y de nuevo sale el batallón. Esta vez comandado por Arda Turan. Koke y Juanfran a su derecha, Adrián a la izquierda. “No le ha dado tiempo a llegar a esta contra a Falcao”, le advierto a mi padre.
Pero Arda también se ha dado cuenta. Llega a la frontal, se frena, se gira hacia la izquierda, y la suelta... ¿Quién llega por ahí? Sí, Radamel Falcao García, que con la zurda bate por bajo a Peter Cech (0-3). ¡Un, dos, tres! Nos recuerda con sus dedos. ¡Increíble! Un hat trick y dos palos contra el campeón de Europa. ¡En sólo 45 minutos! El Atleti ya era Supercampeón.

IMPOSIBLE REACCIÓN
En el segundo acto no hubo reacción inglesa. Era imposible. Tan sólo un par de tiros desviados de Hazard y de Torres (el único que hizo), y pudimos ver a un Niño impotente, bajando a la posición de lateral izquierdo incluso a intentar robar balones. Hasta dos faltas cometió el de Fuenlabrada en su desesperación, en un encuentro en el que por fin pudo ver in situ a su Atleti ganar un título... lástima que desde el lado contrario.
Y los de rojiblanco, corriendo y peleando cada balón como si fueran 0-0. Falcao el primero.
En el 60 un rechace de una falta acabó en los pies de Miranda, que contagiado por Falcao se la picó por encima a Cech. 0-4, y parecía que esto no iba a parar.
Pero paró. Por suerte para el Chelsea, que con fortuna también encontró el gol del “honor” en un balón suelto con el que fusiló Cahill (1-4). Fue el único disparo a portería de los blues.
Todavía pudo llegar el quinto, en un despeje al palo de David Luiz tras una nueva contra eléctrica. Tampoco hacía falta. El “We are de champions” volvió a sonar por el Atlético de Madrid por cuarta vez en dos años. Escuchar hablar a Mario Suárez de “ya tenemos otro título más” le hacía a uno frotarse los oídos ante palabras impensables hace muy poco tiempo. Otro título más. Efectivamente. Y ya van 25... (9 Ligas, 9 Copas, 1 Supercopa; 1 Intercontinental, 1 Recopa, 2 UEFAS y 2 Supercopas de Europa).

LA ROJIBLANCA DEBE SALIR EN LA FOTO
¿Saben lo único que no me gustó? Que nada más acabar el partido Falcao ya se había quitado la camiseta del Atlético de Madrid para lucir su habitual mensaje de agradecimiento a Dios. Igual que hizo en Bucarest, donde si se fijan es el único que aparece en la foto de los campeones sin la rojiblanca.
Alguien, no sé quién, debió advertirle del detalle y volvió a ponérsela para, esta vez sí, recoger la copa con la camiseta de su club. Como debe ser.
Las copas las gana él, es innegable, pero las gana con y gracias al Atlético de Madrid. Y ese escudo debe salir junto al trofeo en la foto. Después, que se ponga o se quite lo que quiera.
Supongo que es lo que nos merecemos. Un club con estrellas sin camiseta. Siempre con futuro incierto. En cualquier caso, gracias Radamel. Volveremos a ser campeones.