viernes, 26 de diciembre de 2014

Fernando Torres vuelve al Atleti; el Niño, nunca volverá

para despedirse de la que había sido su casa durante doce años (más de seis en la primera plantilla).
Aquel día, asistí a aquella rueda de prensa e hice una de las preguntas a Torres (por entonces estaba en la SER).
Un día después, comencé mi artículo en el blog de la siguiente forma:
Fernando Torres se marchó ayer del Atlético de Madrid. Aunque tanto él como el presidente dejaron la puerta abierta a una futura vuelta, en mi corazón, y creo que en el de muchos atléticos, Torres ya no será el mismo”.
Y lo terminé del siguiente modo: “Puede que Torres regrese, pero ya no será el Niño”.

TORRES YA HABLÓ DE UN "HASTA LUEGO" 
Esa misma mañana, sin haber cerrado todavía la puerta de salida, Torres ya comenzó a especular con una posible vuelta. “Cuando el Atleti esté donde se merece... Cuando los que vengan consigan llevarlo donde yo no he podido”, manifestaba.
En decenas de entrevistas, el entonces capitán de un Atlético de Madrid mediocre repitió en muchas ocasiones declaraciones como éstas: “Estoy convencido de que voy a ganar títulos aquí y de que voy a jugar la Champions con el Atleti. Soy muy joven y lo importante es estar donde estés a gusto y conseguir títulos donde de verdad los sientas”.

SE FUE A LIVERPOOL A GANAR TÍTULOS 
Sin embargo, con 23 años recién cumplidos, Fernando Torres anunciaba su salida porque “el Liverpool me planteó objetivos que aquí no podría conseguir”. Jugar la Champions todos los años, luchar por la Premier cada temporada...
Pero tras dos temporadas excepcionales, con unos números extraordinarios (Torres marcó 24 goles en la Premier en su primer año, el récord de un debutante en la historia de la competición), las cotas más altas que alcanzó fueron unas semifinales de Champions y un subcampeonato de Premier.
Por el contrario, el Atleti ganaba su primer título en 14 años el 12 de mayo de 2010 al vencer en la Final de la UEFA Europa League al Fulham. El Liverpool de Fernando Torres, aunque con él lesionado, fue eliminado por los rojiblancos en semifinales...
Los que vinieron, Forlán, Agüero, Simao... consiguieron llevar al Atleti donde Torres no pudo. A ganar títulos (la Supercopa de Europa vino después) y a jugar la Champions.
Tras su lesión, Torres tuvo que operarse. Jugó el Mundial tocado y su rendimiento fue muy bajo. El inicio de la nueva temporada con el Liverpool fue desalentador, con el equipo lejos de todos los títulos. Y Torres, cerca de cumplir 27 años, perdió la paciencia. En el mercado invernal, como hoy, decidió poner rumbo al Chelsea para buscar los títulos que no había encontrado en Liverpool.
Algunos aficionados reds quemaron su camiseta. Y yo me preguntaba ¿Qué esperaban? Si abandonó su casa, el Atleti, por ganar títulos, y no lo había logrado. ¿Qué fidelidad le debía al Liverpool?

MI CARTA A FERNANDO TORRES
Si te marchas, perderás aquello que te ha hecho distinto. Que te ha hecho admirable. Pasarás a formar parte del "negocio". Puede que ganes títulos, sí. Puede que incluso llegues a levantar una Champions. Pero no serán, como tú mismo dijiste, "títulos que de verdad sientas".
Fernando, haznos un favor y no te vayas nunca del Atleti”.

GANÓ UNA CHAMPIONS. PERO NO FUE PROTAGONISTA
Torres se fue del Atleti, ya lo saben. Y efectivamente ganó esos títulos e incluso esa Champions (2012) que buscaba. Aunque, innegablemente, no pudo sentirlos como suyos plenamente.
En la final de la Copa de Europa ante el Bayern apenas jugó los últimos cinco minutos del partido y luego la prórroga, y en las rondas previas fue suplente en la mayoría de los encuentros, y un gol al finalizar el choque en el 2-2 del Camp Nou, en semifinales, fue su mayor aportación.
Ese mismo año también levantó la FA Cup, y la temporada siguiente logró la UEFA Europa League (2013), consiguiendo, esta vez sí, ser protagonista del triunfo, ya que sumó diez goles en esa competición, uno de ellos el primero de la final ante el Benfica (2-1).

CREO QUE TORRES SE ARREPIENTE
Mientras tanto, el Atleti, subido al aura triufal de Diego Pablo Simeone ha sumado otra UEFA Europa League, otra Supercopa de Europa, una Copa del Rey, una Liga y una Supercopa de España.
Torres llega con tres títulos en sus vitrinas. Una Champions, sí. Pero estoy convencido de que si pudiera volver atrás, y le dijeran que si se quedara en el Atleti iba a levantar esos siete trofeos, habría dicho que sí con los ojos cerrados.
Su marcha me dolió como una traición. Como una novia que te deja. Y este verano, con el desembarco de Diego Costa en Chelsea, se especuló con fuerza sobre su vuelta. Digan lo que digan, estoy seguro de que el hecho de que el Milan podía pagar su ficha y el Atleti ni de lejos (casi diez millones de euros limpios por temporada) fue un elemento de peso en su decisión.

DIO LA RAZÓN A LA ESPAÑA MADRIDISTA
Fernando Torres se marchó del Atlético de Madrid con las siguientes palabras: “Para mí esto no ha sido un club, ha sido mi familia, aún lo sigue siendo y espero que siempre lo sea”.
Pero yo siempre sentí que a una familia nunca, bajo ninguna circunstancia, se la abandona.
Fernando Torres se marchó del Atlético de Madrid y con su salida dio la razón a toda esa España madridista que cada verano repetía que debía irse porque el Atleti era un equipo menor y que él era un gran jugador, muy por encima del nivel del club. Fue una derrota muy dolorosa.
Ahora, Fernando Torres vuelve al club cuando efectivamente ya está “donde se merece”, donde él “no pudo” o no tuvo la paciencia para llevarle.
Ahora, Fernando Torres vuelve cuando el Atlético de Madrid está muy por encima de su actual nivel.

ME VOLVERÉ A SENTIR COMO AQUEL NIÑO...
Sin embargo, cuando su vuelta se consume, cuando Torres vuelva a enfundarse la rojiblanca, creo que en parte me volveré a sentir como el niño que era. Y, aunque no quiera, volveré también a ver en él al Niño que fue.
Y recordaré cómo entonces “cada domingo que hago el camino junto a mi padre para ir al Vicente Calderón lo hago con la ilusión de verte a ti. A Fernando Torres. Al único futbolista por el que somos envidiados y conocidos mundialmente. Voy con el sueño de verte marcar el primer gol. Con las ganas de verte correr por la banda. Driblando contrarios. Con el anhelo de que nos hagas saltar de nuestras butacas de júbilo. Como tantas y tantas otras tardes. Como cuando, por fin, le marcaste aquel inalcanzable gol a Casillas (2007). Como cuando hiciste tu primer gol en el Vicente Calderón. Con apenas 17 años. El 25 de agosto de 2001, en la primera jornada del año de la vuelta a Primera. Contra el Jaén. El 1-0. Como cuando marcaste tu primer gol en Primera División. El 15 de septiembre de 2002, también en nuestro primer partido en casa. Contra el Sevilla. El 1-1. Todavía recuerdo nítidamente tu cabezazo. Y así hasta 75. Hasta el gol en Tarragona, de penalti curiosamente”.

Y PODRÉ VOLVER A SOÑAR
Y podré volver a rememorar los sueños que alimentaba en esa época para un Torres que hubiera continuado en el Calderón:
Si te quedas pasarás a la historia del Atlético de Madrid, probablemente, como su jugador más grande. Como tú siempre has dicho, te quedan muchos años de fútbol por delante. En apenas cinco llevas 75 goles. Rebasarás sin duda los 109 de Gárate. Y los 123 de Luis. Y los 150 de Escudero.
Y con el tiempo, con orgullo, podré decir: Yo vi jugar a Fernando Torres. Yo vi jugar al máximo goleador de la historia del Atlético de Madrid”.

QUIZÁ SEA TARDE...
Quizá sea tarde para todo eso. Quizá ya no seas el Niño. Yo tampoco. Pero quiero que sepas que te perdono. Y como en la parábola del hijo pródigo, te recibiremos como el padre misericordioso que corre para celebrar la vuelta a casa de su hijo arrepentido.
Quizá no sea demasiado tarde. Quizá todavía podamos pasar buenas tardes juntos. Quizá aún puedas cumplir tu sueño, y experimentar lo que supone ganar títulos “que de verdad sientas".
El sentimiento está ahí. De eso nunca he dudado. Bienvenido a casa, Fernando.

lunes, 22 de diciembre de 2014

Y Griezmann explotó en el estadio talismán para el Atleti

JORNADA 16- ATHLETIC 1-4 ATLÉTICO
Goles: Griezmann (3), Raúl García (penalti).
A principios de temporada mantenía una charla con una serie de compañeros y periodistas colchoneros, entre ellos Rubén Uría, J.F. Borrell o Borja Aranda, en la que se debatía la idoneidad del fichaje de Antoine Griezmann. “Es muy bueno, pero no tiene gol”, se dijo en ese coloquio.
Por mi parte, señalé convencido que el francés iba a llegar al menos a los 15 goles en Liga.
Sin embargo, conforme tachábamos las hojas del calendario liguero, reconozco que empecé a ponerlo en duda...

PICHICHI JUGANDO LA MITAD
Anoche, el bueno de Antoine Griezmann hizo su primer hat trick como rojiblanco y sumó de una tacada los mismos goles que había anotado hasta entonces en Liga, lo que le coloca con seis como Pichichi colchonero (junto a Mario Mandzukic).
Y lo ha hecho cuando en las estadísticas de minutos jugados, ni siquiera aparece entre los diez jugadores más utilizados por el Cholo (es justo el undécimo en Liga, con 863 minutos). Ha disputado 24 partidos este año y sólo la mitad de titular (12).
Pese a sus innegables cualidades (velocidad,regate, habilidad, buen disparo...), no ha logrado hacerse con un hueco fijo en el once. Sólo ha sido decisivo en partidos puntuales (sus dos goles en el 4-2 ante el Córdoba, su segunda parte para espabilar al equipo en Hospitalet...) y sin duda necesitaba un partido como el de anoche.

SAN MAMÉS, TALISMÁN EN EL SIGLO XXI
Griezmann explotó, y lo hizo en el auténtico estadio talismán del Atlético de Madrid en el siglo XXI. Los colchoneros han logrado la friolera de siete victorias en trece visitas ligueras desde que llegó el año 2.000 (ocho en catorce si sumanos el triunfo en Copa del año pasado).
Es el campo donde el Atleti más veces ha ganado fuera desde su vuelta a Primera, seguido del Coliseum de Getafe con cinco triunfos en once encuentros.

ESTRENO DE LA GRIS-BLANCA
Y eso que nada hacía presagiar ese triunfo tras la disputa de la primera parte. De incio, el Atleti estrenó la lucida camiseta gris-blanca ideada por Nike. Nada menos que hubo que esperar a la jornada 16 para ello (hasta entonces el Atleti jugó con la equipación suplente del año pasado, la amarilla) y no me extraña, porque en los planos abiertos de la tele y sobre todo vista por detrás, la camiseta parece totalmente blanca.
Los brillantes ideólogos de la obra de arte supongo que darían gracias a Dios al final del choque, porque al descanso aventuraba que no volveríamos a ver esa zamarra.

PRIMERA PARTE DE PENA
A los 16 minutos, Mikel Rico (que esperaba el saque de una falta de Susaeta un pasito por delante de la línea del Atleti, pero nadie cogió su marca después) cabeceó totalmente libre el 1-0.
Y en el 39, Aduriz ganó la espalda a la zaga colchonera, sentó con un recorte a Giménez, pero Siqueira apareció providencial al cruce para molestar lo suficiente y evitar que fusilara a Moyá.
Por su parte, el Atleti apenas pisaba el área de Gorka Iraizoz y el partido se jugaba en una constante pelea en la franja ancha en el que lo más destacado eran las riñas de Muniaín con Giménez o las ya clásicas entre Aduriz y Godín o Tiago.

EL PRIMER GOL, PARA ENMARCAR
Al vestuario se fue un equipo clínicamente muerto y volvió un hiperactivo.
29 segundos tardó el Atleti en empatar el choque. 29 segundos en los que se vio una preciosa jugada al primer toque entre Tiago, Raúl García (de tacón), Gabi, Arda, de nuevo Raúl García y Juanfran (todos de primeras), que centro al área, donde Griezmann cabeceó a la red (1-1). Antes de que saliese el centro pensé: “Esta jugada merece ser gol”. Y así fue. Para que luego digan que el Atleti no sabe tocar...

YO VI CONTACTO EN EL PENALTI
Sin tiempo para asimilar el golpe, un taconazo de Arda habilitó a Tiago dentro del área, que tocó lo justo para anticiparse a San José, que llegó tarde al cruce, y fue al suelo. Muchos hablan de piscinazo, pero yo en una de las repeticiones (una frontal en un ángulo por detrás de Tiago) sí vi contacto. Desde luego, si se tiró, lo hizo de lujo. Cayó como un saco.
Raúl García fue el encargado de tirar el penalti (el segundo que transforma este año) y, aunque lanzó centrado, engañó a Iraizoz (1-2). En siete minutos, los del Cholo le habían dado la vuelta al partido.
El Athletic ya no fue capaz de sobreponerse, aunque todavía una volea de Aduriz tras un corner podría haber cambiado el signo del partido, de no ser porque le salió justo al sitio donde estaba colocado Moyá.

GRIEZMANN MATÓ A LA CONTRA
A falta de cuarto de hora, Gabi puso un balón perfecto para Griezmann, al que encima ayudó un resbalón de su marca (Gurpegi) y el francés tuvo la suficiente sangre fría para aguantar la presión de De Marcos y definir con calidad con la zurda (1-3).
Sólo unos minutos después, Arda rompió a la zaga bilbaína por el centro con un perfecto pase para dejar solo a Griezmann, que pecó de generoso al intentar regalar el gol a Raúl García, y terminó marcando él en fuera de juego después de que el navarro no precisara el remate (1-4).

UN POQUITO DE SANGRE
El final del partido puso un poco de esa sangre que hay que derramar para vencer en San Mamés. Primero de la cabeza de Siqueira, que se llevó un pisotón con los tacos de Aduriz cuando estaba en el suelo y le costó siete puntos, y luego de Godín, que chocó con el codo de su compatriota Giménez en un balón aéreo por el que saltaron al unísono. Una jugada que resume el pundonor mostrado por este equipo durante todo este año. Incluso con un partido decidido, sus futbolistas se juegan el tipo en la lucha por la bola.

Y FELIZ NAVIDAD
Victoria rotunda en un estadio bonito para poner broche de oro a un 2014 mágico y dar paso a un 2015 ilusionante. Llegan fechas de anhelos y esperanzas y yo sólo puedo decirle a esta plantilla y al cuerpo técnico: gracias por hacernos soñar. Y disfruten de estas Navidades. Porque se lo han merecido. Con creces. 

PD: Feliz Navidad también a todo aquel que me esté leyendo en estos momentos. Gracias por estar ahí y espero seguir viéndoles en 2015.

lunes, 15 de diciembre de 2014

Frío

JORNADA 15- ATLÉTICO 0-1 VILLARREAL 
Goles: Vietto.
Cuando el frío se te mete muy dentro en el cuerpo, de verdad, hasta los huesos, es imposible sacárselo. Hay fríos, de hecho, que son peores que los generados por las temperaturas gélidas. Provienen de las sensaciones, de los sentimientos, y donde calan es en el alma. Cuando eso ocurre, lo mejor es acostarse y esperar un nuevo día. El domingo en el Calderón, ambos fríos se apoderaron de mí, y estoy convencido que también de muchos aficionados colchoneros de bien. Pero de los de verdad. No de los que cantan orgullosos cuando el equipo pierde.

UN MAL DÍA
Que el domingo fue un mal día para mí no les sorprenderá a nadie. Si les digo que lo mejor que me ocurrió en todo el día fue encontrar unos calzoncillos que creía perdidos (es verídico) se lo digo todo.
Una absurda discusión con mis amigos por una invitación de más a la cena de Navidad y un encuentro indeseado fueron los desagradables preludios al Atlético-Villarreal.
“Si el Atlético no pierde hoy, cerrará todo 2014 invicto en el Calderón”, rezaban los periódicos. Y una victoria nos colocaba empatados a puntos con el Barça en el segundo puesto de la parrilla.

Y salieron a ello los del Cholo en los primeros minutos, pero su único acercamiento con peligro fue un derechazo de Koke desde fuera del área que se fue abriendo hasta perderse a la izquierda de Asenjo.
Los corners (pocos) se quedaban cortos; las genialidades de Arda no encontraban rematador; los saques de banda se pitaban para el lado contrario; y en cada jugada se reclamaba una mano amarilla. Una locura.

UNA TRISTE DIVISIÓN EN LA GRADA
Todavía peor era lo que acontecía en la grada. Con el Frente Atlético en huelga (lo que queda de él. O lo que entró al estadio), sin emblemas y sin voz, el resto del público intentó asumir el papel de animación. Sin embargo, sin la fuerza de un coro de 3.000 ó 4.000 hinchas que marcan al unísono las canciones y el resto del estadio les sigue, los brotes musicales de grupos de 15 ó 20 personas son más difíciles de seguir.
De hecho, en determinados momentos mientras que un lado del estadio coreaba “Atleeeeti, Atleeeeti”, en mi fondo estábamos con el “Ahora, ahora, ahora Atleti ahora”. Habrá que afinar.
Para colmo, los del Frente sólo abrieron la boca para corear un “Si no nos quieres, no cantes mis canciones” que fue reprobado con pitos del resto de la grada. Me pregunto cuántas de las canciones que canta el Frente han sido creadas por ellos mismos, porque al menos el 90 por ciento son meras copias de los mismos cánticos que se escuchan en otros estadios cambiando el “Atleti” por el equipo de turno.
Sólo volvieron a cantar para proclamar un “Atleti somos nosotros” cuando marcó el Villarreal. Se me ocurren muchas personas que son más el Atleti que ellos. Y lo peor es que se alegrarían de la derrota...

Volviendo al fútbol (porque no queda otro remedio) un buen zurdazo de Tiago con el interior devolvió la atención al césped, pero Asenjo lo sacó con un paradón cuando parecía dentro. Hasta entonces, el Villarreal se limitó a estar bien ordenado atrás, y sólo avisó en una contra que Cherysev finalizó con un flojo disparo, después de un balón perdido por Raúl García tras un corner a favor.

UN GOL FATALMENTE ANULADO
El segundo acto lo comenzó Vietto con un zapatazo a la izquierda de Moyá desde la frontal. Era un aviso del destrozo que nos haría después la joven perla argentina.
Sin embargo, en esos instantes el Atleti todavía tenía el control del partido.
Godín ganó por arriba una falta colgada por Gabi, Mandzukic recibió solo entre una nube amarilla, pero su disparo a bocajarro lo sacó un rapidísimo Asenjo.
Y si alguien estaba por la labor de ganar era Arda Turan. El turco recibe en el flanco derecho del área, hace uno, dos, tres, mil recortes, y cuando todos pensaban que ya no podía hacer más, rompe con un nuevo quiebro a Cheryshev, la pone en la cabeza de Mandzukic en el segundo palo, y testarazo a la red. El Calderón estalla de júbilo y esta vez sí al unísono descarga toda la tensión contenida. Pero entonces, la mano levantada de Pérez Montero (un esperpento) anula el tanto. No daba crédito, ya que no podía ser fuera de juego. Ya en casa, pude comprobar cómo el gol fue anulado por una supuesta falta merced a un tremendo piscinazo de Mario Gaspar que habría firmado el mismísimo Cristiano Ronaldo. Tremendo.

EL VILLARREAL MATABA A LA CONTRA
El partido debió encarrilarse en ese punto, pero tras la anulación entró en una espiral que nos llevaría a la derrota. Los ataques rojiblancos eran cada vez más atropellados e imprecisos, los cambios no ayudaron (Cerci ya se puede ir con un lazo en vez de la diadema), y el Villarreal sumaba contras cada vez más peligrosas.
“Está más cerca el 0-1 que el 1-0”, le dije a mi padre.
Miranda, por confiarse y querer llevarse un balón picadito ante Cheryshev, perdió una bola mortal que no acabó en gol por un mal control de Vietto cuando estaba solo.
Después Moyá respondió con una gran manopla derecha a un trallazo de Cheryshev, y a falta de cinco minutos Vietto puso la puntilla. El argentino recibió en línea de tres cuartos en carrera hacia el lado izquierdo, rompió a Godín con un recorte soberbio hacia la derecha, y batió a Moyá con la frialdad que le faltó en el control de unas líneas más arriba (0-1).

Y así nos dejó a todos los del Calderón. Fríos. ¿A todos? No. Entonces a algunos sí les entraron ganas de cantar. Winter is coming.

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Lo que hacía falta, y punto

JORNADA 6- JUVENTUS 0-0 ATLÉTICO
En mi época de redactor en Marca TV me tocaba casi a diario hacer resúmenes de entre diez y quince minutos de los partidos de Liga, Champions, Europa League... para posteriormente narrarlos (algo que me encantaba. Nunca he disfrutado más de mi profesión que entonces).
Uno debía ir seleccionando las mejores jugadas conforme avanzaba el choque para después hacer el montaje final. Si el partido era muy bueno y prolífico en ocasiones, había que ir cribando sólo las más peligrosas. Si el partido era malo de solemnidad, se metían hasta las tarjetas...
En el Juventus-Atlético de Madrid de anoche, si hubiera ido midiendo los tiempos, me habría tocado rebobinar buscando acciones de los primeros minutos. Con la última media hora, no habría rellenado ni un frame (fotograma que compone la sucesión de imágenes de la televisión. En un segundo hay 25 frames...).

DOMINIO ESTÉRIL DE LA JUVE
La Juve acumuló cerca de un 70 por ciento de posesión, al principio por obligación y al final por omisión.
En el primer acto, pese a que los italianos tuvieron el balón, las mejores ocasiones (las únicas) las tuvo el Atleti.
A los seis minutos, Mandzukic busca a Arda, despeje de la defensa juventina que deja solo a Koke entrando por el flanco izquierdo del área, pero su tiro abajo lo saca Buffon en dos tiempos.
Más tarde, fue un cabezazo bombeado de Giménez el que obligó a despejar a Buffon. Y por último, un buen tiro lejano de Mario Suárez también fue rechazado por el mítico guardameta italiano.

GODÍN Y GIMÉNEZ, ESCUDOS HUMANOS
Mientras tanto, la Juventus se dedicó a colgar balón tras balón al área, donde Giménez y Godín se transformaban en gigantes para rechazar con sus cabezas cada acercamiento italiano.
Que centraba Pirlo desde la izquierda, cabezazo de Godín.
Que la ponía Lichsteiner desde la derecha, testarazo de Giménez.
Que Tévez se sacaba un disparo por el centro, Godín hacía de escudo protector para su meta.
Que lo intentaba Llorente (muy batallador, pero sin acierto) en la frontal, Giménez se le anticipaba con una solvencia impropia de su edad.
Ya son varios los partidos destacando al joven central uruguayo, y si Miranda recuperará su puesto será porque su trabajo estos tres últimos años y medio ha sido impagable.

LA JUVENTUS SE LA JUGABA...
Desde Atenas, llegaban noticias de que el Olympiakos, con más o menos problemas (más que menos) se imponía ante el Malmö, con lo que el 1X2 de la Juve podía pasar de colocarle primero de grupo, a “conformarse” con el segundo puesto, o quedarse fuera de la Champions.
Intentó jugársela al 1 los 20 primeros minutos (previo susto de un corner directo de Gabi al poste), con una bonita triangulación (taconazo de Tévez incluido) que terminó en disparo de Pogba (contra el cuerpo, cómo no, de Giménez); un zurdazo lejano de Vidal al que respondió con una gran mano abajo Moyá (cuántas más veces la veo repetida, más paradón me parece. Mucho mérito el de este chico, que venía a sustituir a Aranzubía y ha acabado haciendo que no echemos de menos a Courtois. Ni un gol ha encajado en Champions); y un trallazo desde 30 metros de Pogba que le bota antes, que rechaza cómo puede, y mientras Giménez casi se la quita de las manos con un pseudo despeje, Godín la terminó mandando a Cuenca (o a Los Alpes) sin especulaciones. La experiencia es un grado. Y en la frontal del área chica y con el portero en el suelo, no se duda.

...Y AL FINAL TUVO MIEDO
El encuentro terminó con el citado rondo por omisión de la Juve (decidido a no hacer más fútbol, al menos abogó por mantener el balón), mientras el Atleti contemplaba cómo el equipo con más Scudettos de Italia (30, sin contar con los dos que le quitaron por amaño de partidos, e incluidos los tres últimos de forma consecutiva) le ofrecía un pacto de no agresión porque, incapaz de hacer un gol a los rojiblancos, tenía miedo de quedarse fuera de la competición.
Estoy convencido de que si los del Cholo hubieran necesitado ganar anoche en Turín, lo habrían hecho. Pero su suficiencia en el campo de uno de los más grandes clubes de Europa, dice mucho de sus aspiraciones. Ayer, hizo lo que hacía falta. Y punto.

lunes, 8 de diciembre de 2014

El mito del balón parado

JORNADA 14- ELCHE 0-2 ATLÉTICO
Goles: Giménez, Mandzukic.
El Atlético de Madrid ganó el sábado en Elche su cuarto partido fuera de casa en esta Liga (Real Madrid, Almería, Getafe y Elche) y deja ya lejos la derrota en Anoeta.
Lo hizo con mucha solvencia, adelantándose pronto (minuto 15) y en otro encuentro en el que Moyá apenas tuvo que intervenir. Lo hizo sólo una vez, a diez minutos para el descanso, pero fue en un auténtico paradón en el que se jugó el físico al chocar con el poste, despejando a corner un centrochut de Faycal Fajr (era un pase, pero se envenenó de manera endiablada).

¿OTRO GOL DE ESTRATEGIA...?
He leído y escuchado en muchos sitios que el Atleti abrió el partido en otra acción a balón parado. En otra jugada mágica brotada de la pizarra de Simeone y el Mono Burgos. Según las estadísticas de El País (bastante fiables) el Atleti ha marcado nueve goles este año de estrategia. Aunque según mis cuentas (este año en el blog estoy apuntando el tipo de jugadas que dan origen al gol) son trece: siete de corner (Tiago (2), Miranda (2), Arda, Mario y Godín), y seis tras el saque de una falta (Saúl (2), Mandzukic (2), Raúl Jiménez y Miranda). Supongo que si previamente hay algún rechace (como el de Arda la jornada anterior) El País no lo cuenta.
La excelencia que ha logrado este equipo en este tipo de acciones es innegable, pero decir que el 0-1 del Martínez Valero llegó gracias a una jugada ensayada es ya rizar el rizo. Paso a narrarles, tal cual, cómo fue la acción.
Koke saca un corner en corto para Arda (aunque acabó bien, siempre odiaré los gili-corner); el turco cede atrás a Siqueira; quien devuelve a banda para Koke; el vallecano la mete en profundidad hacia Arda; que toca de primeras a Siqueira; quien hace lo propio para Koke (a estas alturas supongo que ya se les habrá olvidado el origen de la jugada...); y el internacional español vuelve a combinar de primeras para Arda (que tenía en fuera de juego la uña del dedo gordo del pie derecho mientras lo llevaba en el aire caminando hacia campo propio...); que conecta con Giménez dentro del área, que sorprende a todos con un gran control y un tremendo zapatazo a la escuadra (0-1).
Si este gol, tras ocho pases, es fruto de una jugada ensayada, pido definitivamente que se acelere la canonización del Cholo Simeone. Porque esta pizarra ya ni la del telesketch.
Por cierto, la forma de pegar al balón de Giménez dudo que la hubiera igualado Miranda. Aunque es innegable que el crédito del brasileño es casi ilimitado.

Y SE ACABÓ EL PARTIDO
Y por sorprendente que parezca, ahí se acabó el partido. Remontar un gol al Atleti es algo muy difícil (esta temporada sólo el Celta -2-2- y la Real -2-1- lo han logrado) y el Elche lo asumió con resignación.
El Atleti tocó con una tranquilidad y un dominio abrumadores, con Gabi recuperando su mejor nivel y Tiago cortando cualquier balón suelto, y el Elche sólo tiró a puerta cuando ni siquiera era su intención.

MANDZUKIC HACE NÚMEROS
Por aquello de que sentenciar un partido con un simple 0-1 queda feo, el Atleti lo finiquitó con un segundo tanto. En el ocho de la segunda, Gabi robó un balón en medio campo tras una buena presión, se internó por la derecha y metió un precioso pase picadito para dejar solo a Mandzukic, que supo aprovechar la ocasión y batió a Tyton (que se parece a Angoy, antiguo portero del Barça) con un disparo seco junto a su palo corto (0-2). Sexto gol del croata en doce partidos de Liga, que junto a los cinco de Champions y el de Supercopa, tiene unos números dignos.
En ese punto ya no hubo discusión sobre que el choque había terminado, y sólo alguna colada de Arda (que sigue de dulce) pudo haber incrementado la cuenta.

Y AHORA, A TURÍN
El Atleti afronta ahora en el Juventus Stadium un partido con cierta trampa. Es un escenario extraordinario (más de 45.000 espectadores) y un rival de relumbrón, pero el hecho de que la clasificación esté hecha y valga incluso una derrota mínima para ser primero, podría dar lugar a sensaciones contradictorias. Si a eso le unes que lo televisa TVE (¡Lo nunca visto!) el extrañamiento aumenta.
Sin embargo, la cita es de envergadura, y conociendo a los del Cholo, estoy convencido de que el Atleti se volverá de Turin con el liderato del grupo y que la Champions regresará al Calderón el 10-18 de marzo. En la vuelta de los octavos de final.

lunes, 1 de diciembre de 2014

Hay que echarlos. No al miedo en el fútbol

JORNADA 13- ATLÉTICO 2-0 DEPORTIVO 
Goles: Saúl (falta), Arda Turan (corner).
Mi padre no me llevó a un Atleti-Barça hasta que no tuve 15 años (4.500 pesetas costó aquella entrada en 1997). Un 2-5 en el que sólo dos goles de Kiko mantuvieron al Atleti en el partido, pero el Barça terminó arrasando con un hat trick de un jovencísimo Ronaldo.
Y mi primer derbi in situ no llegó hasta varios años más tarde, ya como socio y lo suficientemente talludito. Prefiero ahorrarme el resultado.
Mi padre nunca quiso llevarme antes a un partido “de alto riesgo” por el temor a verse envuelto en una escaramuza entre aficiones rivales o la Policía con un niño de por medio. Así que en esos primeros años tuve que conformarme con ver en el Calderón al Oviedo, el Logroñes, el Celta, o como mucho un Zaragoza o el primer Súper Depor.
Eran los años noventa, y los ultras campaban por los aledaños de los estadios con mucha mayor impunidad de la que hay ahora.
De hecho, el primer año en Primera (2002) nos tocó correr para resguardarnos detrás de unos coches porque nos cogió en medio de un lanzamiento de pelotas de goma por parte de la Policía tras un Atlético de Madrid-Valencia (En 2012 un aficionado del Athletic murió a causa del impacto de una pelota de goma lanzada por la Ertzaintza tras un Athletic-Schalke de UEFA). De ese tipo de incidentes quiso preservarme mi padre de niño. Tenía miedo. No por él, sino por su hijo.

LA RADIO ME DIO LA NOTICIA
El domingo 30 de noviembre de 2014 iba camino a Oporto para dejar allí el coche (los domingos por la mañana llego con el tiempo justo al Calderón, así que lo dejo allí y prefiero coger el Metro) cuando Radio Marca me daba una noticia que me dejó helado: “Dos grupos de ultras radicales del Atlético de Madrid y del Deportivo de la Coruña han quedado esta mañana a las nueve en las inmediaciones de Madrid Río para pegarse y ha tenido como resultado que uno de los hinchas se encuentre en estos momentos ingresado en el hospital en el siguiente estado: clínicamente muerto”.
Les juro que en esos momentos pensé: que sea del Atleti...
Pero no. La radio me añade que el aficionado clínicamente muerto es del Deportivo de la Coruña.
En seguida viene a mi mente el nombre de Aitor Zabaleta... Apuñalado en los aledaños del Calderón en 1998 por un miembro de Bastión (un grupo nazi dentro del Frente Atlético). Y no soy capaz de recordar más nombres de aficionados que hayan muerto en estas circunstancias en estos 16 años (consultando la hemeroteca, otro seguidor, precisamente del Depor, murió por culpa de una paliza tras un Compostela-Deportivo en San Lázaro).

DOS MUERTOS PARA EL FRENTE ATLÉTICO
Dos muertos en 16 años para la mochila de una misma afición. Demasiadas. Sobran dos. Sabía todo lo que iba a venir después, y por ello, sinceramente, hubiera preferido que el fallecido llevara nuestra bufanda. No es la afición del Atlético de Madrid quien le ha matado, sin duda. Probablemente una de las aficiones más fieles, abnegadas y desvividas por su equipo de todo el mundo. Pero le ha matado un colectivo que cada domingo ocupa la grada baja del Fondo Sur, que es la voz del Vicente Calderón, y que lleva el nombre de este club en el suyo propio: Frente Atlético.

EL MIEDO SE RESPIRA
Mi padre, además del Atleti es del Athletic, y hace dos temporadas vimos en un bar muy cercano al Calderón el Manchester United-Athletic. Fue un 2-3 en un auténtico partidazo de los leones, pero no pudimos cantar ninguno de los goles porque en ese bar (del que no daré el nombre) es habitual la presencia de algunos miembros del Frente. El modo en el que hablaban de “los putos vascos” durante ese partido invitaba a no mostrar simpatía por los bilbaínos.
“Había que poner una bomba dentro del estadio y matarles a todos”, dijo uno de ellos en relación a la Final de Copa del Rey, que ese año iban a jugarla precisamente Athletic y Barça en el Vicente Calderón.
¿De verdad es necesario tener, no que albergar, sino que concentrar en el Vicente Calderón a ese tipo de personas año tras año?

UNA BATALLA CAMPAL
Desde ayer, el nombre de Francisco Javier Romero Taboada se une al de Aitor Zabaleta. A diferencia de aquel, todo apunta a que éste “se buscó” la muerte, ya que decidió acudir a esta supuesta “quedada” que tuvo como resultado 24 detenidos, varios de ellos con antecedentes penales (incluido el propio fallecido), de la que la Policía se incautó de un arsenal de armas blancas que a ellos mismos les “impresionó” por su magnitud.

OTROS YA LES HAN ECHADO
Joan Laporta prohibió la entrada al Camp Nou a los Boixos Nois en el año 2003, lo que le costó repetidas amenazas de muerte y un intento de agresión en 2004, y el año pasado fue Florentino Pérez el que retiró los abonos en el fondo a los Ultras Sur y prohibió la entrada al estadio al menos a medio centenar de sus ultras más radicales.
Mientras tanto, en el Atlético de Madrid Enrique Cerezo dijo ayer que los incidentes ocurrieron “muy lejos del Calderón” y que el Atlético “no tiene que ver con esto” y Miguel Ángel Gil Marín manifestó que él no es quién para disolver el Frente Atlético y que “siempre hay algún hijo de puta entre esos 4.000”.
Ambos dirigentes, que siempre han estado prestos a retirar cualquier pancarta en contra de su persona en el estadio, han permitido que durante años se cantara en el Calderón el “que no nos engañáis, que Aitor Zabaleta era jarrai”.

Y HUBO PARTIDO
Así que con este ambiente, se disputó (que no se jugó. Porque el fútbol es un juego, y lo de ayer era un partido manchado de sangre) el Atleti-Depor. Un encuentro que apenas tuvo 15 minutos de buen fútbol, con un arranque fuerte de los rojiblancos que se plasmó con un cabezazo al poste de Mandzukic, otro testarazo de Giménez que sacó Sidnei bajo palos, y un par de despejes de puños de Fabricio (un portero muy flojo) a corners de Koke.
Sólo Arda tuvo magia protagonizando varias internadas brillantes (volvió loco a Insúa) en un partido en el que futbolistas como Griezmann, Saúl o Koke estuvieron muy grises.

UNA ATMÓSFERA VICIADA
Grises como la atmósfera del partido, con un Frente Atlético que apenas se atrevió a animar, que recibió pitos de su público las pocas veces que lo hizo, y con una afición del Depor que coreó en varias ocasiones un “asesinos, asesinos” que todavía fue respondido con algunos insultos de la grada, al menos por parte de mi sector.
Cuando los tuyos acaban de matar a una persona, creo que lo menos que puedes hacer es callarte. Y digo los tuyos, los nuestros, porque en cierto modo todos los que vamos al Calderón amparamos a este colectivo, dando por supuestos como un mal necesario los altercados que protagonizan con cierta asiduidad.

HASTA LOS GOLES FUERON FEOS
El partido tuvo dos goles, y ni siquiera eso fue bonito. El primero, en una falta lateral de Koke que prolongó Mandzukic y que cabeceó Saúl en boca de gol (1-0) y el segundo de Arda Turan, que recogió un rechace en un corner y conectó una volea que desvió Diakité a las mallas (2-0).
Mención aparte tuvo Alessio Cerci, que puede dar gracias al lamentable incidente de la previa para que no le dedique más líneas. Su apatía en los 20 minutos que disputó, andando y sin ni siquiera mirar al balón cuando el Atleti la sacaba en defensa, le hicieron merecedor de no volver a pisar el Calderón.

HAY QUE ECHARLOS
Como no deberían hacerlo esos grupos violentos que utilizan el fútbol como la excusa bajo la que contextualizar su única pasión en esta vida: delinquir.
Sólo espero que esta nueva desgracia sirva para que los dirigentes tomen las medidas necesarias: expulsarlos. Y también espero que Gil Marín y Enrique Cerezo no dejen de tomarlas por miedo. Porque que ellos no pasen miedo, implica que yo sí lo pase. Y mi padre. Y los padres de todos esos niños que alguna vez han dejado a sus hijos en casa “por si pasa algo” en un espectáculo que sólo debería ser una fiesta. 
Hay que echarlos. No al miedo en el fútbol.