miércoles, 18 de marzo de 2015

Una experiencia única

OCTAVOS DE CHAMPIONS- ATLÉTICO 1-0 BAYER LEVERKUSEN
Goles: Mario Suárez.
Penaltis: 3-2- Griezmann, Mario Suárez, Fernando Torres.
Anoche en el Calderón viví una experiencia que sólo había pasado una vez en toda mi vida en ese estadio: una prórroga y después como añadido una tanda de penaltis.
La vez precedente fue allá por un caluroso mes de agosto del año 2004.
Todos éramos bastante más jovencitos y el Niño era un niño de verdad. Por entonces era la bandera de ese equipo que se jugaba la final de la Intertoto (¡Ese torneo!) con el Villarreal.
El Atleti venía de hacer un mal partido de ida (2-0), pero en la vuelta superó a los castellonenses. A la hora de juego la eliminatoria estaba igualada (goles de Ibagaza y García Calvo) y sólo diez minutos después Fernando Torres provocaba un penalti. El gol suponía la remontada. Pero el Niño cayó lesionado en esa acción y, mientras era atendido en el Fondo Norte, Jorge Larena fue el encargado de lanzarlo... y Reina se lo paró.
Se llegó a la prórroga... y a los penaltis. Y allí el desacierto fue máximo.
Reina también le detuvo el primero a García Calvo; Sergi marcó el segundo; pero Nano y Arizmendi tiraron fuera el tercero y el cuarto. Ya se saben la canción: “Cómo no te voy a querer; cómo no te voy a querer; si de cuatro penaltis, fallaste tres...”.
El Villarreal los transformó todos (Anderson, Víctor y Riquelme) y el Atleti aún tardaría tres años en jugar la UEFA. Torres, se marcharía sin saber lo que era jugar en Europa de rojiblanco.

ONCE AÑOS DESPUÉS
Casi once años después lo que se jugaba a orillas del Manzanares no era una clasificación para jugar la UEFA vía Intertoto, si no meterse por segundo año consecutivo entre los ocho mejores de toda Europa: llegar a los cuartos de final de la Champions.
Como entonces, la ida tampoco había sido buena (1-0) y también tocaba remontar.
El equipo contaba con dos bajas importantes por sanción, Tiago y Godín, y de inicio Simeone sorprendía a todos quitando al otro mediocentro titular del equipo, Gabi, para dar entrada a Cani.
Confío en el Cholo ciegamente, pero viendo el estado de forma que venía mostrando el ex del Villarreal sólo podía ocurrir lo que pasó: que aguantó 45 minutos.
Más en un partido con una intensidad bárbara, en la que los alemanes jugaron de nuevo a una velocidad y con una agresividad en muchos lances superior a la nuestra.
Pero en esta ocasión, los de rojiblanco no se dejaron superar. En los primeros minutos acumulamos muchos corners (un total de once en todo el partido), pero Koke no tuvo su noche y no fue capaz de poner ninguno más allá del primer palo.
Precisamente en una jugada a balón parado, tras un rechace, Mario Suárez conectó un zurdazo que fue envenenado por el central  Toprak y lo hizo inalcanzable para Leno (1-0). 27 minutos. La eliminatoria estaba igualada. La parte más importante del trabajo, marcar primero, estaba hecha.
Sólo tres minutos después pudo sentenciar Mandzukic tras un extraordinario pase en profundidad de Arda, pero el croata estuvo muy lento todo el choque.
El guión del partido transcurrió con un argumento similar hasta el minuto 70, donde el Atleti puso un poco más para pasar. Una volea arriba de Arda, y un par de dejadas dentro del área que no acabaron en un remate certero. Nos íbamos a la prórroga.

Le comenté a mi padre que creía que era la primera vez que íbamos a presenciar esta circunstancia en el Calderón y fue él el que me recordó el partido contra el Villarreal, del que yo, no sé por qué, tenía el recuerdo de haberlo visto por la tele.
“Estuvimos aquí, me acuerdo perfectamente. Estabas tan nervioso en los penaltis que te dije que mejor te fueras al vomitorio y no los vieras. Te iba a dar algo”, me aseguró mi padre.

Pero antes de los penaltis la prórroga transcurrió sin muchos sobresaltos, más allá de los que daba el propio corazón, y sólo un trallazo de Raúl García, que repelió Leno, pudo haber evitado los penaltis.

¡QUÉ MANERA DE SUFRIR!
Llegados a los once metros, me pareció gracioso abrazarme con mi padre y los dos compañeros de butacas del mismo modo que se colocan los futbolistas… Aquella posición duró exactamente lo que Raúl García tardó en mandarla a las nubes.
Mientras le maldecía y no podía entender cómo decidía fallar un penalti ahora (juraría que todos los que le he visto tirar con el Atleti los había anotado), Oblak (que salió por un lesionado Moyá, por cierto), nos daba vida al aguantar de forma extraordinaria a Calhanoglu y detenérselo por el centro. El portero esloveno demostró mucho oficio en la tanda, entregando en mano el balón a cada lanzador y deseándoles suerte antes de cada tiro…
Cuando Fernando Torres fue a lanzar el último, al contrario que con Raúl García se me pasaron por la cabeza todas las penas máximas que había errado como colchonero… Pero el Niño la puso al ángulo y esta vez se cobró el penalti que no pudo en aquella tanda de la Intertoto. El premio esta vez no era pasar a una liguilla de la UEFA. Eran unos cuartos de Champions. Cuando Kiessling lanzó el último penalti al cielo del Calderón, todos saltamos tras la trayectoria de ese esférico. Estábamos en las nubes. Se sufrió. Y de qué manera. Pero cuando el final es éste, todo padecimiento vale la pena. ¡Vamos Atleti, vamos!
 
PD: YA QUEDA MENOS
Como les prometí, aquí está la crónica por haber eliminado al Leverkusen.
Ya estoy finalizando el proyecto que tiene que ver con el Atlético de Madrid y en el que he estado trabajando durante los últimos meses. En breve volverán las crónicas y les daré más detalles.