miércoles, 6 de abril de 2016

De sobrexcitación, resistencia y remontada

CUARTOS DE CHAMPIONS- BARCELONA 2-1 ATLÉTICO 
Goles: Fernando Torres.
Hay momentos en la vida de una persona en los que un exceso de motivación, una fogosidad o entusiasmo exagerados, pueden provocarnos un perjuicio mucho mayor que el beneficio.
Por mucho que queramos un objetivo, por desmedido que sea el amor que profesamos hacia una meta, una sobrexcitación en un momento puntual nos puede abocar a perderlo todo por no medir nuestros actos.

SOBREXCITACIÓN
Esto fue lo que le ocurrió este martes a Fernando José Torres Sanz. El Niño hace mucho que dejó de serlo. Hace dos semanas que cumplió 32 años. Pero en el Camp Nou nos hizo retroceder diez años en el tiempo. Para bien y para mal.
Decía tras el partido del pasado sábado que Fernando Torres con su nueva estética (cinta al pelo), sus cabalgadas, y sus definiciones mágicas volvía a recordarnos a ese Niño que nos enamoró hace casi quince años, cuando apenas era un pecoso imberbe.
En 2005 y 2006, Fernando nos dio dos noches de enorme felicidad en el Camp Nou, con sendos dobletes (0-2 y 1-3) que en esos años eran las únicas y esporádicas muestras de grandeza que era capaz de exhibir ese Atleti.

EL NIÑO VOLVIÓ A LAS ANDADAS...
Este martes, el Niño resucitó y volvió a acallar al Camp Nou en el minuto 25, con un latigazo seco e
imparable que se coló por debajo de las piernas de Ter Stegen, tras un precioso pase picado de Koke (comienza a funcionar esta sociedad Torres-Koke).
Salté del sofá como un resorte con un grito incontenible, hasta el punto de que mis primas Sandra y Marian y mi tía Juani (que no suelen ver el fútbol conmigo, y que esta vez me acompañaban junto a mi padre) pusieron cara de susto. La ocasión lo merecía. Un gol fuera en Champions, aún con la derrota que finalmente se dio, vale mucho.
Fernando también estalló de alegría, fue a línea de fondo a celebrarlo, y besó ese escudo que lleva tan dentro del corazón, pero que durante tantos años no pudo besar por no tenerlo en la camiseta. Sin embargo, su estallido de felicidad no se quedó ahí.

...PERO SE PASÓ DE REVOLUCIONES
Presa de una sobrexcitación descrita en el primer párrafo, Fernando Torres comenzó a perseguir cada balón como si fuera el último. Con una impaciencia tal como si el mundo fuera a acabarse esa noche. Como si tuviera la necesidad de cobrarse ya el botín que acababa de obtener, cuando tenía más de una hora por delante para guardarlo, y una semana para sellarlo en el Vicente Calderón tras otra hora y media (mínimo) de espera.
Pero Fernando fue impaciente, como si volviera a tener 22 años, y se le fue la mano. Primero dio una tarascada llegando muy tarde para frenar un eslalon de Neymar, lo que le valió la amarilla. Comenté a mi padre y a mi tío que no me preocupaba para nada la tarjeta, ya que no es Torres un hombre de hacer faltas, y menos siendo delantero. Cuál fue mi sorpresa cuando sólo dos minutos después el Niño vuelve a atropellar a Mascherano en una nueva entrada sin freno. "¡Está sobrexcitado! Tiene que bajar las revoluciones", le dije a mi padre. Pero Torres no me oyó. Seis minutos más tarde de la primera amarilla, Fernando volvió a entrar como un toro desbocado, chocó contra el talón izquierdo de Busquets, y se ganó la segunda amarilla. "¡No me lo puedo creer, joder!", grité enrabietado, ante la nueva sorpresa de mi parentela. Y aunque no es usual que un árbitro se cargue un partido de Champions con dos tarjetas a un mismo hombre en sólo seis minutos, en la primera parte, y cuando ninguna de las dos entradas fue criminal, el bueno de Fernando Torres podía haber frenado un poco su ímpetu y no haber dado su excusa al árbitro alemán Felix Brych para incrementar esa estadística que incendió las redes a los pocos minutos.

EL BARÇA, EL MÁS FAVORECIDO POR LAS EXPULSIONES
El Barça, con 30 expulsiones, es el equipo más favorecido en esta faceta en toda la historia de la Champions. Le siguen, muy de lejos, el Bayern (20), el Arsenal (18) y el Real Madrid (16). Por cierto, da gusto ver la velocidad de estadísticas y datos favorables al Atleti cuando el partido es contra el Barça. Contra el Real Madrid la prensa no muestra la misma voracidad informativa...

Pero volvamos al partido y pongamos fin a las críticas y las lamentaciones. Torres, que estaba completando un partido excelente antes de la expulsión, aún se permitió el lujo entre tarjeta y tarjeta de sacarse un perfecto pase cruzado para Griezmann, cuyo tiro buscando la cepa del palo izquierdo de Ter Stegen hizo lucirse al portero alemán. Sí, como el árbitro... (Perdón, dije que iba a parar).

Desde entonces, estaba claro que con casi una hora por delante de partido al Atleti la empresa se le iba a hacer muy muy larga, mientras que la maquinaria del Barça debería mostrarse muy roma para no remontar la contienda. Hasta entonces, los culés habían tenido la posesión (como siempre), pero apenas habían sido capaces de generar una ocasión clara, con un cabezazo alto de Neymar.

EL VENDAVAL BLAUGRANA
Todo cambió tras el descanso. El Barça tocó a rebato y, como dijo mi padre, en sólo cuarto de hora generó más oportunidades que en toda la primera parte. Chilena de Messi que se va fuera por un palmo; trallazo de Neymar al larguero; zapatazo de Messi que repele Oblak; nuevo disparo de Neymar lamiendo la madera...
El gol del Barça estaba cantado. Y se cantó. Tuvo que ser de rebote, pero en el 62 Jordi Alba convirtió en asistencia lo que era un chut y Luis Suárez la empujó en boca de gol (1-1).

LA RESISTENCIA
El Atleti siguió aguantando con un Godín y un Lucas que achicaban cada balón (enorme el partido del joven central, anticipándose en cada lance); con Juanfran y Filipe partiéndose la cara (literalmente) y todavía teniendo fuerzas para superar la línea de medios en algún caso; y con Gabi, Koke y Saúl multiplicándose en la franja ancha.
Los rojiblancos fueron capaces de frenar el vendaval blaugrana con mayor fuerza y contención (Augusto y Thomas) y el ritmo frenético de ocasiones catalanas fue decreciendo.

LA INJUSTICIA DEL DOBLE RASERO...
Sin embargo, antes del 2-1 ocurrió otro hecho que pudo cambiar el partido. Luis Suárez (que ya en la primera parte soltó una fea patada a Juanfran) propinó un manotazo sin balón a Filipe Luis que el árbitro de portería (no sé para qué están) sólo interpretó como amarilla. La misma amarilla que vio Busquets al inicio de la segunda mitad por un codazo a Saúl, pero que no recibió en cambio por una entrada a Griezmann calcada a la de Torres un minuto antes...
Se ve que en Alemania lo de "compensar" no se lleva. Ni aunque sea justo. Pero dije hace 30 líneas que iba a dejar las críticas ¿no? Perdón, pero no hay nada que me duela más en esta vida que los dobles raseros y las diferentes varas de medir según interese...
El Barça terminó ganando, sí. Luis Suárez conectó un perfecto cabezazo a un gran centro de Alves (2-1), pero fue incapaz de mover el marcador en los minutos finales.

LA REMONTADA. VEREMOS CONTRA ONCE
La todopoderosa máquina blaugrana, el Dream Team 3.0, sólo ha podido ganar al Atlético de Madrid 2-1 contra nueve (en Liga) y contra diez (en Champions). Sólo rezo porque el partido del Vicente Calderón dentro de una semana lo termine el Atleti con once. Entonces, contra 55.011, veremos de lo que son capaces los de Luis Enrique.

ME MATA, ME DA LA VIDA...
Fernando Torres no podrá estar esa noche. Y reconoció posteriormente sentirse "responsable" de la derrota, algo que ya dice mucho de él.
Sin embargo, pese a lo que he escrito inicialmente (la sobrexcitación le jugó una mala pasada), Torres es como el Atleti. Torres, es el Atleti. Me mata (con la expulsión), pero me da la vida (con el gol).
Torres es, ante todo, una buena persona. Y las buenas personas siempre se merecen una nueva oportunidad. Por ello, estoy convencido de que Torres va a tener su nueva oportunidad. En las semifinales de esta Champions League. No tendrá que esperar más.
La remontada, ya está más cerca.   

2 comentarios :

Anónimo dijo...

Como tú dices, la doble vara de medir y mucha mala pata, pero remontaremos!

Mauricio dijo...

Yo lo pasé fatal. Cuando expulsaron a Torres y comenzó la segunda parte con un asedio infernal me temía lo peor. Pero hay una cosa que tenemos que celebrar. El Atlético aguantó. Todo lo que pudo. Empató el Barça pero se equilibró un poco el tema. Y aunque marcaron el 2-1 (lógico hasta cierto punto) el Atleti estaba serio atrás.
Ahora, cuando acabó el partido lo tenía claro. Vamos a pasar la eliminatoria. Lo vamos a petar en el Calderón que será una olla y será una noche mágica. Este equipo tiene bastantes deudas. Una deuda con su historia. La Champions nos debe una. Y una deuda para Torres. Que aunque se pasara de revoluciones se merece algo grande con el Atlético. Además este partido quizá habría sido distinto en 11 contra 11. Seguro, como el de Liga.
Queda el Calderón. A por ellos. Forza Atleti!!